Parece ser que "Borrando a Papá" incomodó a algunos sectores de la sociedad. Parece ser que fue prohibida, que tiene algunos "detractores" pero eso no creo que sea lo saliente de este trabajo.
Creo que lo saliente es que se pueda ver por primera vez un documental donde sean escuchadas las voces de padres que han sido separados del vínculo con sus hijos. Seguramente esto despertó cierto escozor en algunas estructuras que pretenden seguir dividiendo en bueno/malo, verdad/mentira, victima/victimario y que no pueden incluir en su mirada, otras, más amorosas y más integradoras que se imponen con sólo mirar un poquito la realidad de padres que quieren, sencillamente, ser padres.
Obviamente nada es blanco sobre negro y así como existimos padres que ejercemos activamente nuestro rol, hay casos en los que la madre ha quedado completamente desprotegida ante un padre ausente y se tiene que ocupar de ser el papá y la mamá de esos hijos "abandonados" por su padre. Pero esos casos son los que habitualmente se conocen y sobre los que ya hay mucho material. Lo que me parece novedoso de "Borrando a Papá" es poder darle la contracara, la otra mirada al tema que tiene una difusión casi nula, pero existe y muchísimo más de lo que la gente cree.
Nuestra justicia, lamentablemente, apoya tanto a aquellos padres que se "borran" y no hacen ni un llamado, ni brindan contención, ni se interesan del cotidiano de sus hijos, ni dan la ayuda económica que corresponde, porque para el incumplimiento de esos deberes no hay castigo alguno.
Pero también apaña, y no lo admite, a algunas madres que parecen sentirse "molestas" por un padre que quiere ejercer activamente su paternidad, criar a los hijos, participar de sus actividades y pararse con la mamá de igual a igual en el ámbito de la crianza. Esas madres encuentran hoy, un sistema judicial endeble que es la enorme herramienta con la que cuentan para quebrar, con una simple denuncia a un papá y separarlo violentamente del vínculo con sus hijos.
Me he tomado el trabajo de leer críticas, blogs, posturas en columnas de opinión como la de la Lic. Liliana Hendel que tilda al documental de manipulador de información cuando ella misma brinda su testimonio para marcar que "el hombre es culpable... es el hombre el que tiene que demostrar su inocencia".
Este es el eje central más interesante del documental. Borrar de una vez por todas la mirada a la que lleva el automatismo de la normativa en donde hay una idea preconcebida de que la mujer es más idónea para criar a sus hijos y darles amor.
Y esa misma mirada contrapone que el varón que quiera ejercer la tenencia o luchar por sus hijos no sólo deberá demostrar su propia idoneidad sino que se le impone la doble tarea de atacar a la idoneidad de la madre.
Con la mirada de abogados penalistas, el director de Asistencia a la Victima del INADI, psicólogos, investigadores y otros profesionales se va formando la voz de todos aquellos padres que han sido privados de la libertad de poder establecer contacto con sus hijos naturalmente.
Obviamente atentan contra esto diversos medios que sostienen que el documental recorta información, muestra sólo lo que quiere, está producido con un fin corporativo y que los testimonios están claramente sesgados.
A quienes no hayan tenido que pasar por esto en forma personal y sufrir el flagelo de estar en Tribunales yendo y viniendo, viéndose inmerso en el sistema judicial argentino porque sencillamente una persona un día decide intencionalmente hacer una DENUNCIA, SIN NINGUN TIPO DE PRUEBAS, quizás crea que hay cierta tendenciosidad en el documental. Los que sabemos que a partir de ese acto y sin verificar absolutamente nada de los dichos, se dejan correr medidas cautelares que serán levantadas pero sólo con el correr de los meses que se hacen eternos, sabemos que esto es posible y esa voz debe ser escuchada.
Sería hora de que podamos echar una mirada crítica a la situación y aceptar que así las cosas, el sistema ampara a aquellos casos de mujeres que utilizan a sus hijos para "saldar cuentas pendientes" con ex parejas, o que sencillamente una vez disuelta la pareja se creen las dueñas de ellos. Con que sólo alguien tome conciencia de esto, seguramente el documental ya habrá cumplido su objetivo.
Como obra cinematográfica pueden objetarse algunos problemas en la fluidez de la narración, un estilo demasiado televisivo, una factura técnica que podría haberse mejorado, pero claramente no es este documental de los que tienen como premisa ganar premios en festivales sino que es un trabajo apuntado a mostrar un problema actual que necesita resolución en el más corto plazo.