Una vindicación de los padres excluidos
El primer documental de Ginger Gentile y Sandra Fernández Ferreira, "Mujeres con pelotas", sobre fútbol femenino y discriminación por género, gozó de amplio apoyo femenino. Pero su segundo documental sobre discriminación por género, "Borrando a papá", fue tempranamente atacado por grupos feministas, amén de alguna funcionaria pública y abogadas especialistas en pleitos de divorcio, que quisieron impedir su estreno. Previsto para el 28 de agosto en la sala grande del Gaumont, el Incaa le terminó asignando ahora las salitas del Artecinema de Constitución y Altos Hornos Zapla, de Palpalá, Jujuy.
¿A qué se debe esa inquina? Sencillamente, a que expone el drama de muchos padres separados que no pueden ver a sus hijos, debido a prejuicios sexistas de jueces, asesores y legisladores que favorecen a las madres, en algunos casos contra toda evidencia. Peor aún, expone el pensamiento terminante de varias señoras encargadas de organismos de protección familiar, que confesamente aplican la máxima "al enemigo, ni justicia". El padre es culpable hasta que demuestre su inocencia, dice a cámara, muy suelta de cuerpo, una psicóloga mediática, formadora de opinión. La denuncia se amplía a juzgados y comisarías que se desentienden del caso cuando alguna madre ignora la orden judicial de visita paterna o encuentro de reconciliación.
Hacia el final surgen cuatro detalles muy interesantes: La declaración de Erin Pizzey, creadora del primer refugio para esposas golpeadas en Inglaterra: "De las primeras 100 mujeres que fueron al refugio, 62 eran tan violentas como sus maridos". Sin embargo, también allá la ley favorece a los sectores feministas. "Debe entenderse que ésta es una industria millonaria. Y las mujeres que la controlan no van a tolerar ninguna evidencia que afecte su financiamiento a través del Tesoro Público". La aparición de grupos de padres y abuelos que reclaman ver regularmente a sus hijos, acá (Apadeshi, Afamse, Padres del Obelisco) y en Inglaterra, Francia, Brasil, EE.UU., Italia y España. "Los padres no somos delincuentes ni cajeros automáticos", dice una pancarta madrileña. La aprobación de la ley de tenencia compartida en Chile, en agosto del año pasado, llamada Ley Amor de Papá, bajo impulso de la senadora demócrata cristiana Soledad Alvear Valenzuela. Y, en los créditos finales, la amplia mayoría de jóvenes mujeres que componen el equipo de realización de esta película. Sobre ellas arriesga caer ahora la acusación de machistas o mercenarias.