Aun con sus excesos, experiencia admirable
Hitchcock aseguraba que no le interesaba hacer películas naturalistas del tipo que la crítica elogia diciendo que son "como la vida misma". El gran director afirmaba que el público odia encontrar "la vida misma" en su casa, en su trabajo o incluso en la esquina del cine, y que no debía pagar una entrada para eso.
Truffaut, en cambio, fue uno de los pocos directores que se interesó en contar los progresos en la vida de un personaje haciéndolo interpretar por un mismo actor, con Jean Pierre Léaud personificando a Antoine Doinel desde su complicada niñez en "Los cuatrocientos golpes", hasta su juventud y madurez en films como "El amor a los 20 años" y "Domicilio conyugal."
Richard Linklater optó por hacer algo tan difícil como filmar una película sobre aprendizaje y crecimiento utilizando los mismos actores en un rodaje fragmentado a lo largo de 12 años. Linklater tuvo mucha suerte al elegir al protagonista, Ellar Coltrane, un chico que va creciendo hasta ser un preadolescente y luego un joven con su vocación artística ya definida en escenas que saltan directamente de una época a otra de sus personajes. Hubieran sido necesarios varios para hacer este personaje en una película filmada tradicionalmente, y realmente el chico elegido por el director actúa sólidamente en cada una de sus "edades". Con el personaje de su hermana, las cosas fueron más fáciles, ya que Linklater le dio el papel a su hija, que curiosamente crece de manera menos drástica a lo largo de la extensa película.
Y ahí empieza uno de los problemas: con sus casi tres horas de duración, se vuelve excesiva, especialmente porque en su afán de naturalismo se repite un poco en situaciones comunes y corrientes que no siempre tienen mayor atractivo, sobre todo cuando el guión no se ocupa de darle muchos matices a las distintas escenas a lo largo de las épocas que se narran. Ethan Hawke y Patricia Arquette son los padres separados de los dos chicos protagónicos (estos dos intérpretes profesionales también presentan sus cambios a lo largo de 12 años) y mientras los chicos ven al padre sólo esporádicamente, deben aguantar a los maridos abusivos y alcohólicos que su madre va eligiendo. Esta repetición tal vez sea lo menos interesante de este experimento algo excesivo pero que incluye momentos que se disfrutan más relacionados con la rebeldía adolescente, el primer romance o detalles triviales de la vida estudiantil, como el juramento al estado de Texas. Sin embargo lo trivial atenta contra la intensidad en una película mucho más larga de lo que hacía falta, pero que por bien filmada y actuada y, sobre todo, por el concepto original desde el que está planteado sin duda merece verse.