Boyhood - Momentos de una vida

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Los cambios de una vida

El director logra una formidable radiografía de gente común, siguiendo las constantes mudanzas de esa madre itinerante. Austeridad en las imágenes, acotada emoción, música fijando momentos y sus queridos actores, Ethan Hawke y Patricia Arquette, impecables.

El tiempo es una suerte de leit-motiv del director Richard Linklater. Sus películas "Antes del amanecer", "Antes del atardecer" y "Antes de la medianoche", así lo muestran. La sola utilización del adverbio "antes" condensa un período transcurrido que resignifica el siguiente.

En "Boyhood..." el director Richard Linklater asume una idea. Si desea mostrar cómo fluye el tiempo en un niño, desde que tiene cinco hasta que cumple los dieciocho, debe dedicar trece años de su vida a la filmación y esa es la increíble tarea que asumió. Es el pasaje de la vida de Mason, protagonizado por Coltrane, tomado desde la infancia hasta la adolescencia.

TRECE AÑOS

Por tres o cuatro días al mes, a lo largo de trece años, se lleva a cabo el rodaje del filme. Mientras filmaba "Boyhood...", Linklater terminó y estrenó cuatro películas, largometrajes presentados entre 2003 y 2014.

Antecedentes cinematográficos como el del director Franois Truffaut, durante la llamada nouvelle vague, el movimiento cinematográfico experimental francés, rescata un filme autobiográfico (como "Boyhood") llamado "Los 400 golpes" con Jean Pierre Léaud, un adolescente de catorce años, elegido en un cast multitudinario (como el que seleccionó a Coltrane), donde el personaje llamado Antoine Doinel, asume un papel muy semejante al jovencito que fuera el director Truffaut en su adolescencia y que se repite en filmes posteriores a la manera de una saga. Texas es la patria de Mason y el director Linklater.

EL TIEMPO

Es notable la verosimilitud que alcanza el filme de Linklater. El tiempo va tapizando rostros y situaciones, ya con los mínimos planos fuera de campo o los detalles casi circunstanciales de los chicos portando carteles de Obama, la aparición de la palabra Facebook en una conversación, o Irak en otra. Momentos mínimos que marcan épocas distintas.

Durante las casi tres horas de película, se observa la constante transformación del niño adolescente, con una madre luchadora, capaz de forjarse un futuro y sobrevivir con sus hijos, reconstruyendo lazos familiares rotos (relación con la nueva familia del padre de Mason).

Linklater logra una formidable radiografía de gente común, siguiendo las constantes mudanzas de esa madre itinerante.

La sencillez de la estructura fílmica se rompe con momentos de diálogo profundo como ese en el que dice "Creí que había algo más" (la madre), ante la partida de los hijos a la universidad, o el deseo de Mason de ser otra cosa y no sólo un perfil de internet.

Austeridad en las imágenes, acotada emoción, música fijando momentos y sus queridos actores, Ethan Hawke y Patricia Arquette, impecables como los padres de Mason. Linklater instala dos figuras adolescentes de prometedor futuro, su hija Lorelei Linklater y Ellar Coltrane, suerte de River Phoenix en la época de Facebook.