Santiago Loza, director de “Cuatro mujeres descalzas” “Los labios” “Extraño” o “La Paz” y con una importante y extensa trayectoria como dramaturgo teatral, un estudioso en cada una de sus realizaciones del universo femenino, cambia completamente de registro –sin abandonar en absoluto su fascinación por los personajes femeninos contundentes- para construir en “BREVE HISTORIA DEL PLANETA VERDE” una fábula con mucho humor en el que se mezclan elementos de comedia delirante y ciencia ficción que no habían aparecido previamente en su cine, o al menos, no de esta manera.
Ya desde la primera escena, el antifaz con el que duerme Tania –un personaje trans que invade toda la pantalla por su desenfado y su atractiva personalidad- revela, en cierto modo, el recorrido que pretende recorrer Loza en esta nueva creación.
Cuando Tania recibe la noticia de la muerte de su abuela, irá junto con sus amigos Daniela y Pedro a la casa donde ella vivía y allí se encontrarán con un legado, una última voluntad de su abuela absolutamente sorprendente e inesperada: deberán regresar a un alien que se encontraba albergado en el sótano de su casa, a aquel lugar de donde ella lo había recogido.
Para esta “aventura”, los tres personajes contarán solamente con un plano muy precario, impreciso, hecho a mano; sus mochilas y una valija en la que transportarán al nuevo integrante del equipo –un extraterrestre violeta, contundentemente pop- con varias cubeteras de hielo para mantenerlo refrescado, en estado óptimo.
Loza junto a sus tres protagonistas centrales, no temen lanzarse a una aventura que está empapada de un espíritu completamente bizarro y que sabe sostener un humor tan delirante como naïf pero que tiene fundamentalmente la gran virtud de no perder de vista, en ningún momento, el sentido de lo que quiere contar.
Loza una vez más construye con Tania un personaje femenino sumamente atractivo, tal como nos tiene acostumbrados y maneja a la perfección el elemento trans del personaje que va convirtiendo a “BREVE HISTORIA DEL PLANETA VERDE” en una fábula sobre los diferentes, los que tienen que encontrar su propio lugar en el planeta.
Será un viaje revelador y de fuerte introspección para cada uno de ellos pero el acento está fuertemente puesto en Tania dado que este viaje, indudablemente se emparenta con la libertad interior, con el descubrimiento de una liberación, ese proceso de aceptación que debe atravesar cada uno, aun con sus diferencias y sus matices.
Romina Escobar construye una criatura querible, fuerte y quebradiza, potente y frágil a la vez con una Tania inolvidable y se pone la historia al hombro y logra un trabajo absolutamente destacable. Paula Grinszpan (una actriz con gran trayectoria teatral con “Para Partir actualmente en cartel y con exitos como “La Pilarcita” o “Eléctrica” en su haber) es Daniela, quien emprende el viaje con una profunda melancolía por estar elaborando el duelo de la ruptura con su pareja.
Y completa este particular terceto Luis Sodá como Pedro, una típica criatura de la noche que conforma este trio de amigos que se conocen desde la infancia.
Claramente conforman un trio de “outsiders” que está emparentado con la ajenidad de ese alien frente a un mundo que lo expulsa como lo hace con todo lo que es diferente por lo que quizás sea que este terceto logra una conexión casi instantánea. Todos parecen saber de qué se trata esta aventura del volver al lugar de origen y reconocerse y encontrar el verdadero sentido de la pertenencia.
En un breve papel, Elvira Onetto demuestra una vez más que puede brillar aún con una pequeña intervención que es una de las escenas más logradas y divertidas del filme, en donde cuenta el vínculo que unía a la abuela de Tania con este Alien con un pequeño clip que es indudablemente lo más simpático, creativo y desopilante de la película.
Loza trabaja con lo fantástico y los elementos imaginarios de forma tal que resultan completamente funcionales dentro de la trama, investiga una nueva forma de expresión en lo cinematográfico en un terreno que no le es habitual, pero que sin embargo a poco de recorrido, se lo siente como completamente orgánico y se celebra que un director de su trayectoria, se anime a tomar riesgos y salir de la comodidad, para sorprender con una obra diferente a todo su cine y su dramaturgia.
Ganadora del premio Teddy en el 69º Festival Internacional de Berlín –un premio que reconoce a la mejor película de temática LGBTIQ- “BREVE HISTORIA DEL PLANETA VERDE” intenta hablar dentro de su estructura de fábula moderna, en palabras del propio director, del poder de los débiles, la forma de transitar los duelos y dar revancha, para instalarse entre lo banal y lo profundo, lo cotidiano y lo sublime.
Y sin perder el humor, brillando con un cosmética ochentosamente pop, Loza lo logra durante todo este magnífico recorrido.