Una efectiva película de acción.
Brick Mansions sería una película que hubiera pasado desapercibida por las carteleras argentinas —o directamente no hubiera pasado— si no fuera porque se trata de la última película que Paul Walker, protagonista de la saga Rápido y Furioso, terminó antes de fallecer trágicamente en un accidente automovilístico.
No obstante, lo que suma puntos —y un poquito de interés— es el prospecto de que se trate de un guion de Luc Besson, un caballero que, a pesar de no haber entregado en los últimos años un titulo a la altura de sus trabajos más logrados, no ha perdido el tacto sobre cómo escribir una película de acción efectiva y llevadera.
¿Cómo esta en el papel?
Es el año 2018. El vecindario de Brick Mansions en la ciudad de Detroit se ha convertido una zona de guerra, por lo que las autoridades deciden erguir un muro alrededor de la misma. Damien, un policía encubierto tiene el deber de infiltrarse en dicha zona, y frenar el ataque del mafioso Tremaine Alexander, que consiste en un misil que tiene apuntado hacia la ciudad. Para llegar a él, Damien tendrá la ayuda de Lino, un presidiario cuya novia ha sido secuestrada por Tremaine.
La trama de la peli es sencilla sin mayores complicaciones, con un desarrollo sin vueltas y al punto. Están los típicos intercambios humorísticos entre los personajes y las escenas de acción son sendas y no decae en ningún momento. Puede reprochársele cierta superficialidad e incoherencias en el desarrollo de sus personajes, pero eso se olvida a manos de la acción física que puebla la trama; la cual es, al fin y al cabo, la razón de ser de esta película.
¿Cómo está en la pantalla?
Paul Walker en su último trabajo entrega una interpretación bastante decente. Nada del otro mundo ni memorable, pero efectivo a las necesidades de la historia. Aun sin ser extraordinario, Walker consigue ser lo más alto a nivel interpretativo; tarea fácil considerando que David Belle habla poco —y salta mucho; al fin y al cabo para eso es lo que esta— y RZA directamente es muy poco creíble —de madera— como un capo mafioso.
Por el costado del aspecto técnico, recae en los típicos clichés de tener mil cortes por escena, y una cámara en mano con zooms indecisos hasta el final. Aun a pesar de este enfoque “moderno” en la puesta en escena, no le impide al espectador entender lo que esta pasando.
Conclusión
Una película de acción ideal para pasar el rato. Aunque el gancho definitivamente será el que se trate de la última actuación de Walker, Brick Mansions es una titulo cumplidor, y no mucho mas. Es una de esas pelis que uno ve con los amigos un sábado cuando llueve o no hay ningún lado al cual ir.