Una villa chica en Kansas
Los Breyer son un matrimonio joven que vive relativamente feliz en su granja de Brightburn, Kansas. La felicidad no es completa porque no logran cumplir su gran anhelo de tener un hijo, por más que lo intentan.
Por eso, ellos reciben como señal divina cuando desde el cielo cae una nave trayendo un bebé al que inmediatamente adoptan como propio. El pequeño Brandon crece normalmente, criado por sus amorosos padres, convirtiéndose en un niño inteligente y afectuoso a pesar de cierto maltrato que recibe de algunos de sus no tan comprensivos compañeros.
Todo cambia cuando cumple los doce años y su naturaleza alienígena se despierta, dándole habilidades sobrehumanas pero también disparando voces que le hablan en una lengua extraña dentro de su cabeza, las que lo llevan a encontrar su nave, oculta en un sótano durante todos esos años.
Sin percibir que los cambios por los que su hijo está pasando son mucho más profundos de lo que parece a simple vista, los Breyer le confiesan su verdadero origen, sin sospechar que el chico bueno que solía ser quedó enterrado bajo una nueva personalidad, una bastante más oscura que ya no siente la necesidad de ajustarse a las reglas que le enseñaron durante la crianza.
Elseworld Clandestino
Ya sabemos lo que hubiera pasado si caía en Ucrania o en La Matanza, pero esta vez toca imaginar qué pasaría si el viejo y querido Kal-Elresultara ser un sociópata al cual no le importa la crianza recibida, decidiendo utilizar sus poderes para satisfacer sus propios deseos, y sin tener reparos en desquitarse con sus vecinos del pueblo de Brightburnpara lograr lo que quiere.
Las referencias con el clásico superhéroe son evidentes e intencionales, proponiendo una especie de parodia de humor negro y terror que aunque suena muy bien como premisa, cumple a duras penas con las expectativas.
Comienza tomándose demasiado tiempo para presentar una serie de personajes que son tan chatos como el estereotipo del terror acostumbra, por más que al mismo tiempo parece pretender que la historia sea un poco más profunda que eso. Tampoco ayudan las actuaciones, que en el mejor de los casos alcanzan a ser correctas para acompañar una narración sin mucho vuelo.
Ese es el mayor problema de Brightburn; cumple con entretener pero deja la sensación de que había más para ofrecer, mientras se resuelve con una serie de lugares comunes que no la diferencian mucho de otras propuestas centradas alrededor de un “niño malvado”.
Toda la originalidad de la premisa no se replica a lo largo del resto de la película y -aunque lo intenta- le cuesta construir climas de tensión que le sumen valor a una narración que no sorprende nunca, con lo cual termina dependiendo demasiado de las referencias o los sustos para poder sostenerse.