Las dos entregas de Guardians of the Galaxy han confirmado a James Gunn como uno de los realizadores más interesantes que trabajan en el saturado ámbito de los superhéroes. Un director capaz de conjugar un gran sentido del humor con un corazón de igual tamaño, sin perder de vista el espectáculo visual, la acción o el desarrollo de sus personajes. Brightburn es la película que lo ayudó a transitar el despido de la tercera aventura de los Guardianes de la Galaxia, más allá de que al momento del estreno haya sido re-contratado y sumado The Suicide Squad en el proceso. Y en su faceta como productor nos introduce un proyecto que se permite jugar dentro de un terreno demasiado conocido en estos tiempos, pero con una vuelta de tuerca en términos de género. Nos acerca a lo que es el terror de los superhéroes.