La trama es bastante ambiciosa y gira en torno a un niño extraterrestre con forma humana que llega a la Tierra, en una nave como lo hizo Superman, rápidamente un matrimonio de granjeros americano Tori Breyer (Elizabeth Banks, «Los juegos del hambre», la saga) y Kyle Breyer (David Denman, «Power Rangers») lo adopta al pequeño indefenso.
Este pareja que no puede tener hijos crían felices a Brandon Breyer (Jackson A. Dunn, «Avengers: Endgame») que ya tiene 12 años; vamos viendo a cada miembro de la familia en su vida cotidiana, pero el niño comienza a desarrolla poderes sobrenaturales, posee un aura siniestra y escalofriante y hasta comienzan a desarrollarse una serie de hechos macabros.
Las escenas se van alternando entre el comic, la ciencia ficción y el terror, de parte de ese niño que llegó de las estrellas, un ser oscuro, maligno y que posee una mirada y actitud que dan miedo. Contiene buenos giros dramáticos, con pinceladas de humor negro e intenta darle un toque stephenkiano. Contiene un giro al final pero resulta puro entretenimiento, previsible, para espectadores poco exigentes y podría tener secuela.