Atrapante policial sobre corrupción
Los políticos suelen mezclarse con los policías para asuntos oscuros, generalmente relacionados con la corrupción. Este es el tema de «Broken City» y es algo que debería sospechar el protagonista de esta película, un ex policía que tiempo atrás salió absuelto de un juicio por presunto gatillo fácil, pero que tuvo que renunciar a la fuerza por cuestiones de imagen. Años después, convertido en detective privado, las cosas no le van demasiado bien ni en su trabajo, ni en su matrimonio ni, mucho menos, en sus finanzas. Por eso, cuando el alcalde de Nueva York, que alguna vez lo definió como un héroe, lo llama para un trabajo, parece que la suerte le sonríe.
El trabajo sería un asunto rutinario de infidelidad, si no fuera por que la infiel es la mujer del alcalde que está a semanas de definir su reelección, aunque va perdiendo en las encuestas.
Este sólido policial está hecho a la medida de Mark Wahlberg (también productor) y del político corrupto perfectamente interpretado por Russell Crowe. Allen Hughes, el más prolífico de los hermanos Hughes (los de «Desde el infierno»), sabe contar muy bien esta trama que se va complicando más y más, sin que dejen de aparecer nuevos elementos en la trama hasta prácticamente la última escena.
Más allá de que no todos los elementos son creíbles, el director sí consigue un tono verosímil para toda la historia, con un desenlace demasiado facilista, aunque cuidando que no sea excesivamente conciliatorio y que cada personaje deba pagar por sus pecados.
La que está un poco desdibujada es Catherine Zeta Jones como la hipotética esposa infiel, ya que su presencia le queda demasiado grande a un personaje que no deja de estar en segundo plano. En cambio hay un muy buen elenco secundario, con todos los papeles cuidados al máximo, permitiendo el lucimiento de actores como Barry Pepper en el rol del contendiente electoral del alcalde que, igual que todos en la trama, también tiene cosas que ocultar.
El estilo formal de Hughes parece estar contenido dada la naturaleza del argumento, lo que no le impide desarrollar buenas escenas de acción y suspenso y mantener atento al espectador durante todo el film, que incluye un formidable score tecno y una adecuada fotografía para ir de los ambientes lujosos a los más sórdidos, dado que el protagonista tiene que entrar y salir permanentemente de ambos mundos.