Con guión y dirección de Marcelo Paez Cubells se empeña en reunir elementos de género, con una realidad poco combatida, un verdadero flagelo de nuestra sociedad que es la trata. La historia de una mujer que recibe un legado de poderes, pero que no se asume como tal, hasta que su hija adolescente es tomada por una red que trabaja en connivencia con el poder político y policial. Esta hermandad de elementos fantásticos y realismo en extremos no funciona del todo bien, por un lado los personajes perversos tienen poca posibilidad de lucimiento o desarrollo y quedan como estereotipos, salvo excepciones como el caso de Leticia Bredice que logra matices personales. En cuanto a Erica Rivas, su entrega es siempre bienvenida, con efectos especiales y todo, el tono de desesperación de una madre angustiada por el destino de su hija está muy bien logrado. Por otro lado los efectos especiales a veces funcionan y otras se ven pueriles o mal desarollados. A pesar de los reparos no deja de ser interesante el intento de mixtura de temas, hermanados por el horror.