Bruja

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Ella tiene la aptitud de utilizar la magia negra, pero nunca lo ha hecho, su negativa a hacerles daño a los mortales comunes y corrientes queda instaurada en esa primera escena.

Sin embargo en el pueblo están al corriente de ese saber, lo que se establece en miedo, desconfianza, y discriminación.

Pero todo explota cuando Belén es secuestrada junto a otras jóvenes del pueblo por una red de prostitución, en la que están involucradas todas las fuerzas sociales, políticas, de la justicia, y las fuerzas policiales. No se salva nadie.

A Selena no le queda otra posibilidad de recurrir a ese “Don”, sólo Ricardo (Pablo Rago), padre de otra chica secuestrada, la mejor amiga de Belén, será su apoyo.

Es en este punto que el cruce de géneros es que se hace inevitablemente presente, pero de forma desordenada, si algo del verosímil se instala es por la performance de ambas actrices.

El director, también responsable del guión, pierde el pulso, como si el diseño de montaje del filme fuese a partir del registro de las escenas el mismo, el montaje es quien debería regir y conducir la idea original, la sensación termina generando que el concepto utilizado fue el de: peguemos ahí que no se nota.

Tampoco ayuda la dirección de arte, en este rubro las indefiniciones del texto aparecen en la forma de un filme que no termina ser del todo sombrío como requiere el terror, ni inquietante como debería ser un thriller. Lo angustiante sólo se ve reflejado en la actuación de Erica Rivas, por momentos bien acompañada por Pablo Rago.

La realización no termina de ser del todo confuso, pero sí muy hábil, no profundiza en nada a punto tal que algunas escenas que debieran ser de hondo dramatismo terminan generando sonrisas.
Una lastima, pues la idea era buena.