El cine argentino apuesta a la diversificación de géneros con recetas que capturen la atención del público. Bruno Motoneta cuenta con Facundo Gambandé y Candelaria Molfese, tras su exitoso paso por Violetta, como protagonistas de esta comedia de aventuras fantástica.
Bruno entrega los pedidos de Extraordinarios objetos, el local de sus tíos (Mirta Busnelli y Claudio Rissi) pero se topa con un inventor loco (Fabio Alberti) que intenta revivir a los muertos, una chica de belleza inusual (Molfese) y un par de extraterrestres (Esteban Prol y Brian Buley) adictos a la carne humana mientras intenta unir el cuerpo de su tía decapitada hasta el final del relato.
El director Pablo Parés (reconocido por la saga Plaga Zombie y Daemonium, entre otras) elige la senda del cine popular y plagado de referencias: el científico de Re-animator; los extraterrestres que combatían a las criaturas peludas en Critters y el regreso a la vida de Cementerio de animales. En el filme todo es abordado en tono de comedia delirante que recuerda a producciones nacionales de los años '80.
Bruno motoneta juega con muchos elementos pero pierde su rumbo y efectividad no por el tono elegido o los personajes exacerbados, sino porque no resulta graciosa.
Al delirio se suma una artista extravagante (Divina Gloria) y un caso policial sobre una modelo muerta e intenta unir las piezas de este rompecabezas que funciona más a manera de sketches que como conjunto. Todo es llevado al extremo pero las situaciones y los personajes no resultan tan atractivos como se esperaba.
A la escasa química entre la joven dupla protagónica, se agrega un flashback con dibujos, buenos efectos al comienzo y hasta un número musical, mientras Bruno impone su torpeza (piensa todo el tiempo en voz alta) y desea conquistar a la chica de sus sueños.
Mucho para una sola película que no encuentra el camino efectivo en su resolución. Los créditos también traen gags de filmación y se anuncia una secuela.