No, no y cien veces no. Ni como consumo irónico esta película dirigida por Pablo Parés puede llegar a las salas con el previsible relato de un joven en búsqueda del amor y su realización personal.
Ni siquiera el aditamento de explorar visualmente algunos tópicos de género posibilitan un visionado completo de una historia que hace agua por todos lados y que, principalmente, pierde efectividad en las endebles actuaciones protagónicas y chistes y punchlines mal logrados.