Reconstruyendo al mito
Así como Luca (Rodrigo Espina, 2007) reflejaba a través de material inédito la vida del líder de Sumo, Luca Prodan; Buen día día (2009) hace lo propio con la del creador de Los abuelos de la nada, Miguel Abuelo. El film no sólo muestra la historia del hombre que cambió al rock sino también la evolución musical y en parte la historia de nuestro país.
El documental de Sergio Costantino y Eduardo Pinto se construye a partir de diferentes fragmentos compuestos de imágenes y audios de archivo tomando como hilo conductor al hijo de Miguel Abuelo (Gato Azul) quien sirve como nexo para articular un relato que recorre casi veinticinco años de la vida de uno de los más grandes poetas y músicos que ha dado la Argentina.
Para armar el rompecabezas que fue la vida de Miguel Abuelo, los realizadores se nutren de imágenes, fotografías, canciones y audios con la voz del propio protagonista, en su mayoría inéditos para el gran público y los confrontan con testimonios de aquellas personas que tuvieron algún vínculo con él. Así vemos desfilar de manera cronológica a Luis Alberto Spinetta, Cachorro López, Andrés Calamaro, Daniel Melingo, Miguel Rosso, Juan Alberto Badía y un sinfín más. Tanto las imágenes como las anécdotas y vivencias que cada uno de los entrevistados son utilizados como si fueran diferentes pistas de una investigación detectivesca que desembocaran en el retrato definitivo de quien hoy a 23 años de su muerte es considerado uno de los mayores influyentes en el rock nacional.
Cinematográficamente el binomio de directores decidió utilizar diferentes elementos que lo separan del simple formato televisivo. El más valioso es el haber elegido narrar la historia como si se tratase de una investigación en donde todos los involucrados van dando testimonio y así ayudar al hijo a armar el retrato de su padre. Hipótesis que se resuelve sobre el final cuando con todas las fotos que fue recolectando termina de armar, metafóricamente, el rompecabezas que le permite entender su propia historia.
Buen día día es un documento valioso no sólo por mostrar una faceta, tal vez para muchos, desconocida de Miguel Abuelo sino por la forma que se eligió para llevarlo a cabo y porque además sirve para acercarnos a los casi 25 años más gloriosos que vivió el rock nacional. Para quienes disfrutaron de la música de Miguel y para aquellos que no lo conocieron pero quieren empezar a conocerlo.