La protagonista de esta encantadora película es una viuda, desde hace dos años, jubilada como profesora, que se juramento no mentir y se propone conocer y sentir un orgasmo. Se arma de valentía y contrata a un trabajador sexual para encontrar el placer sexual que su marido, único hombre en su vida hasta ese momento, nunca le dio y al que ella gratificaba fingiendo satisfacción. Con este planteo tan delicado y tan tentador como para caer en cualquier exceso, la comediante Katy Brand escribió el guion especialmente, y dirigió Sophie Hyde, en una comedia dramática íntima y simpática. Entre esa mujer que se permite explorar y ese hombre profesional surgirá una comunicación vulnerable y profunda, una conexión y una complicidad. Emma Thompson es una actriz que posee todos los matices que van de la rigidez al descubrimiento, al empoderamiento, a la aceptación de su cuerpo sin retoques que finalmente muestra. Dary McCormack (Peaky Blinders) está perfecto en el dominio de la profesión del personaje, en la calidez de alguna confesión. Esos actores con una química tan especial hacen que la historia funcione sin caer en lugares comunes o melodramas. Filmada en Inglaterra, tiene en lo impersonal de una habitación de hotel la reafirmación de no necesitar una referencia histórica o de lugar precisa. Posee una estructura casi teatral y posiblemente se transforma en una obra futura.