LLENAR DE PALABRAS AL SILENCIO
Siempre se habla del impacto de la guerra en las sociedades. Pero escuchar en primera persona a una familia que vivió la angustia de un hijo que se fue a Malvinas a luchar es poner nombre al dolor. Buenas noches Malvinas revive la memoria de un momento trágico de la Argentina desde la particularidad.
La madre, el padre y los hermanos de Fabián cuentan cómo fue vivir las primeras noticias de la guerra. Lo repentino de la decisión del gobierno de facto hizo que de un momento para otro tuvieran un familiar allí. La incertidumbre y los miedos de no saber qué pasaría empezaron a formar parte de sus vidas. Cada integrante de la familia le dio su propia impronta. Por ejemplo, su hermano menor, Javier, sentía una gran culpa por desearle el mal a su hermano en las peleas de la infancia.
El documental utiliza principalmente tres recursos para narrar. Aparecen las voces de la familia más cercana a Fabián, que van dejando sus sensaciones en un intento de recordar. Rememorar siempre juega malas pasadas y ellos mismos se dan cuenta de que al tratar de contar lo que les pasó hay momentos en los que se confunden un poco, que los recuerdan diferentes.
Entre los testimonios, aparece la narración del libro que escribió Fabián, Crónicas de un soldado. Aquí aparecen las impresiones del ex combatiente. Tras el relato, en la voz de Rafael Spregelburd, se nos acerca a la observación de un joven que mira sin entender mucho lo que está pasando, que vive con la extrañeza de un lugar desconocido una nueva experiencia.
La dramatización de los relatos e impresiones de los hermanos menores de Fabián es otro de los recursos que se utiliza. Desde allí se le da cuerpo a la emoción, al impacto, casi como una canalización de lo sucedido. Estos momentos tienen mucha potencia en el relato porque aparecen como pausas de puro sentir.
A pesar de que los testimonios y el foco está puesto sobre una familia en particular, uno de los aspectos que tanto la madre y el padre resaltan como salvadores, en esos momentos de angustia, fue vivir esa experiencia junto con otras personas. Desde ahí el título de Buenas noches Malvinas, nombre que llevó el programa radial en el que las familias de los combatientes podían comunicarse y contenerse por una vivencia que les era común.