Buenos Vecinos 2 vuelve a presentarnos al matrimonio que componen Mac y Kelly, ahora esperando su segundo hijo y lidiando con una nueva fraternidad, en este caso de chicas, que se muda junto a su casa. Para deshacerse de estas estudiantes ruidosas la pareja acudirá a Teddy, el antiguo vecino, para que con su experiencia pueda volver a traer paz al hogar. La primera película resultó original y divertida. Esta, al repetir la fórmula, carece de gracia y frescura. Seth Rogen y Rose Byrne funcionan muy bien como pareja, incluso cuando deben jugar escenas muy escatológicas (algunas de dudoso gusto) y Zac Efron sigue burlándose del estereotipo juvenil que construyó en sus primeros años de carrera. Pero no es suficiente. Algunas bromas generan risas, pero la trama se cae cuando los personajes intentan bajar línea sobre el sexismo y otros lugares comunes. Pese a esto, quienes busquen un entretenimiento liviano y admiren la clásica comedia norteamericana irreverente, podrán encontrar en los 90 minutos de metraje un producto pochoclero y efectista.