Las chicas son guerreras
Cuando una secuela se estrena tan solo un año después de la original hay algo que no acaba de encajar. Buenos vecinos (estrenada en España como Malditos vecinos) tampoco es que fuera un alarde de virtudes aunque funcionó en taquilla de forma correcta. Aquella era una comedia del montón con dos o tres gags salvables que al menos garantizaba pasar un buen rato. Por lo que se ve, todos los que tuvieron que ver algo en la película también se lo debieron pasar bien, porque han tardado muy poco en reunirse para volver a incidir en las intrigas intergeneracionales que siguen siendo la base de Buenos vecinos 2.