Regreso con gloria (y delirio)
Una más que bienvenida secuela de esta saga desquiciada.
La falta de secuelas sólidas es una de las grandes deudas pendientes de la Nueva Comedia Americana. En ese sentido, Buenos vecinos 2 no está a la altura de su predecesora, pero a fuerza de un humor desquiciado se las ingenia para ser una humorada sumamente eficaz y divertida.
El argumento es lo de menos: pasaron un par de años desde el cierre de la fraternidad contigua a la casa del matrimonio de Mac (Seth Rogen) y Kelly (Rose Byrne), y ahora ellos conviven en paz mientras esperan la llegada de su segunda hija.
El regreso de Teddy (Zac Efron) es el primer indicio de que la historia no está terminada y otra vez habrá un enfrentamiento con jóvenes, en este caso un grupo de chicas encabezadas por Shelby (Chloë Grace Moretz) dispuestas a instalar allí una sororidad, primer escalafón del camino a la fraternidad.
Dirigida otra vez por Nicholas Stoller (Cómo sobrevivir a mi novia / Forgetting Sarah Marshall, Eternamente comprometidos / The Five-Year Engagement) y con guión escrito a ¡diez! manos, la película irá de menos a más, en gran parte gracias a un crescendo humorístico sin techo: los chistes de Buenos vecinos 2 son los más impredecibles que se recuerden en años.
Acompañados por una dupla de secundarios extraordinarios (Carla Gallo y Ike Barinholtz), Rogen, Byrne y Efron conforman una dinámica cómica veloz y aceitadísima que eleva al film a momentos de una hilaridad absoluta. Con un poco más de cuidado y prolijidad en la articulación de esas situaciones, Buenos vecinos 2 sería la comedia perfecta.