Bumblebee

Crítica de Leonardo M. D’Espósito - Revista Noticias

80

No era tan difícil hacer una buena película con los Transformers. Autitos que se vuelven robots gigantes y que pelean al lado de chicos con buen corazón: eso alcanzaba para hacer algo divertido, emotivo y bello. Pero tuvimos a Michael Bay, el hombre que cree que crear emociones es tirarnos pólvora en los ojos, ruido en los oídos y mover la cámara sin ton ni son. Bumblebee es un regreso al cine emocional y fantástico de los años 80, aquel que producía Spielberg entonces, pero no es nostálgico -a la manera de esa gran película que fue Super 8- sino que ubica el “aquel tiempo” como una zona donde lo fantástico es posible. El auto en cuestión es de una simpatía alucinante -hablando de los 80...¿Recuerdan Corto Circuito, por ejemplo?- pero el filme no se concentra exclusivamente en él sino en la protagonista, una gran y carismática Hailee Steinfeld a quien habría que seguir con atención. Justamente, el film juega más alrededor del mito de la muchacha y su mascota que esos ruidos enormes que hacía Bay. Básicamente, no pone diálogos para que esperemos una nueva secuencia de batalla sino que hace que todo funcione de manera fluida. Incluso el encuadre tiene un clacisismo que le hace honor al relato y nos evita salir con la cabeza destrozada por la confusión visual. Bastaba, pues, con poner amor por el cine y corazón para que estos robots autitos y sus jóvenes amigos nos comunicaran fascinación y emoción.