Es buen cine negro y, además, tiene a De Niro
Aquí hay buen cine negro, mucha acción y bastante melodrama. De Niro, que sin duda ha interpretado tipos muy malos, hace un gran esfuerzo por componer un villano aún más malo como el dueño de un casino que lava plata de la mafia. Una de las reglas de la casa es que cualquiera que intente robarlo, está muerto.
Jeffrey Dean Morgan es un croupier que trabaja en el casino desde hace años y que cuando necesita una gran suma de dinero para operar a su hijita, recibe una respuesta horrible, por lo que decide aceptar la propuesta de otro empleado para robar el lugar. Las cosas salen mal y los ladrones terminan secuestrando el ómnibus del título local.
Para micros secuestrados no hay con qué darle a "Speed", aquella obra maestra de superacción que le dio fama a Sandra Bullock. Esta "Bus 657" intenta darle matices más realistas y de policial de pura cepa a una premisa que, de todos modos, queda un poco chica. Igual el argumento se reserva algunas sorpresas que sacan al film del extremo minimalismo con el que en principio parece estar concebido.
De todos modos, sin dudas está muy bien filmada y en sus mejores momentos ofrece una buena cuota de suspenso, por lo que los apenas más de 90 minutos de duración pasan como tiro, lo que en esta época de películas excesivamente largas es toda una cualidad.
Y, por supuesto, siempre está el bonus de tenerlo a Robert De Niro interpretando a un formidable malvado.