Pasó más de una década para que se estrenara en los cines la secuela de una de las películas más exitosas de la factoría Pixar, Buscando a Nemo (2003). Esta continuación de la historia bajo el mar deja muy en claro que la espera valió la pena en muchos sentidos: una trama emocionante y cautivadora; a la par de un trabajo de imagen a la altura de lo que el estudio más exitoso de animación de los últimos tiempos pudo saber dar; sumado a una narrativa exquisita que da lugar a una forma muy particular de contar y describir lo que sucede. Definitivamente "Buscando a Dory" bebe de la misma fuente de su predecesora, manteniendo la delicadeza, inquietud, dramatismo y vigencia.
Las "segundas partes" siempre cargan con cierto karma o críticas previas injustificadas desde el vamos: supuestamente deben igualar o superar la calidad de la original y, además, demostrar que puede ser una película autónoma en lo que a su historia respecta. Quizás el único punto débil de "Buscando a Dory" sea que para aprovecharla al máximo hay que tener conocimiento de lo sucedido en la anterior. Igualmente, la historia se sostiene por sus propios elementos basándose en una narración ágil y divertida, una caracterización de los personajes muy a la altura, y finalmente el suspenso y la emoción tan propias del sello Pixar.
La historia comienza con Dory durante su infancia acompañada por sus padres sobreprotectores, actitud que nos recordará a la relación de Marlin con su hijo Nemo en la anterior película. Nuestra protagonista irá creciendo, ¿abandonada por sus progenitores?, hasta que el inicio del filme se ubicará un año después de los acontecimientos que dejaron atrás en "Buscando a Nemo". Con sus problemas de memoria a corto plazo, ella comenzará a tener algunos recuerdos leves sobre su pasado que la llevarán a tomar la decisión de descubrir sus orígenes y de rencontrarse con sus padres. Para cumplir semejante objetivo deberá embarcarse en una aventura cruzando todo el océano con la compañía de sus amigos y varios nuevos personajes hasta llegar al Instituto de Vida Marina en California, un gigante acuario donde, supuestamente ella nació, y se desarrollará gran parte de la historia.
Más allá de los personajes ya conocidas de la saga -la ahora protagonista Dory, junto a Marlin y su hijo Nemo como personajes secundarios- se suman algunos más que le asignarán a la trama características propias y diferentes: desde el misterioso pulpo Hank; pasando por los delirantes lobos de mar Fluke y Rudder; sin olvidarnos a la adorable tiburón ballena Destiny y su compañero de estanque Bailey, una ballena belga que está convencida de que su sonar biológico está roto.
Además, en su versión subtitulada, los grandes aportes en las voces originales de Ellen DeGeneres, Albert Brooks, Ed O'Neill, Kaitlin Olson, Diane Keaton y Dominic West son extraordinarios. En lo que respecta al plano musical, no podemos olvidar la elección de la banda sonora con dos clásicos de la música mundial como Louis Armstrong y Frank Sinatra.
Un consejo final: no se muevan de sus butacas durante los créditos finales ya que podrán saber qué fue lo que pasó con los personajes que ayudaron a Nemo, en su debut cinematográfico, a escapar de la pecera del odontólogo.