El gran estreno
A 13 años de "Buscando a Nemo" llegó una secuela que supera en velocidad a aquel enorme suceso y se convierte en otro récord.
La noticia es que Buscando a Dory, se convirtió en el mejor estreno animado de la historia de Norteamérica al recaudar más de 136 millones de dólares en su debut, el pasado fin de semana, en salas de cine en Estados Unidos y Canadá, de acuerdo con cálculos que la firma comScore realizó el domingo.
En lo que atañe a Argentina, sumó 571.835 entradas vendidas para 426 pantallas, superando con creces la convocatoria de la cinta de terror sobrenatural El conjuro 2 -segundo estreno en los cines bahienses-, que este fin de semana llamó a 360.940 espectadores a 391 salas, aunque en el acumulado desde el estreno en el país superó la barrera del millón.
Ya pasaron 13 años desde que Pixar estrenara Buscando a Nemo, precuela de Buscando a Dory y un filme que se convertiría en uno de los más taquilleros y que terminaría ganando un Oscar de la Academia de Hollywood.
Contaba la travesía oceánica de un pez payaso para hallar a su hijo perdido, acompañado por Dory, una hilarante pez cirujano con serios problemas de memoria. Ahora, Disney y Pixar presentan a una Dory que comienza a recordar detalles de su infancia que podrían ayudarla reencontrarse con su familia. Así que emprende viaje hacia las aguas de California, seguida por Marlin y Nemo y al encuentro de todo tipo de personajes.
Buscando a Dory ocurre seis meses después de la historia de Buscando a Nemo, del 2003.
Dory vive en el arrecife de corales australiano con Marlin y Nemo (Hayden Rolence), cuando de pronto recuerda que tiene una familia.
Junto a sus amigos, Dory decide emprender viaje hacia el Instituto de Vida Marina de California, un centro de rehabilitación y acuario. En su travesía para buscar a su madre y padre, Dory consigue la ayuda de tres residentes del Instituto: Hank, un pulpo un poco malhumorado; Bailey, una ballena beluga con problemas de localización y Destiny, un tiburón ballena con vista corta.
El filme es dirigido una vez más por Andrew Stanton, realizador detrás de Buscando a Nemo y un veterano de Pixar que también firmó WALL-E y la película John Carter de Disney, además de codirigir Bichos y colaborar en los guiones de Monsters Inc. y la saga de Toy Story.
El elenco de voces originales vuelve a incluir a Ellen DeGeneres como Dory y Albert Brooks como Marlin, y suma a Ed O'Neill, Ty Burrell (Modern Family), Kaitlin Olson (It's Always Sunny in Philadelphia), Diane Keaton (Alguien tiene que ceder), Eugene Levy (American Pie: El Reencuentro), Idris Elba (Zootopia) y Dominic West (The Affair).
El sueño cumplido
Durante años DeGeneres abogó por una nueva película de Nemo, pero aun así la sorprendió cuando la llamaron, especialmente porque Stanton le dijo que Dory era el personaje principal. Es el papel más grande para DeGeneres desde Buscando a Nemo. La actriz grabó fragmentos de la voz de Dory a lo largo de tres años en la misma cabina donde se hizo Nemo hace más de una década.
"Para mí, esto es más difícil que actuar con tu cuerpo y tus expresiones faciales -explica la presentadora-. Es un reto actuar solo con la voz".
En una escena en la que Dory llora, DeGeneres tenía lágrimas de verdad: "Me encanta poder expresarme de maneras diferentes y emocionarme y no ser solo graciosa todo el tiempo", concluye.
Un placer de película
Nada es casual. Buscando a Nemo asentó bases con elementos legítimo: excelente producción, guión, dirección y animación para un espectáculo que conquistó a todas las generaciones posibles en una familia y lo convirtió en un espectáculo a disfrutar en veces repetidas, con detalles a descubrir en todas y cada una de las sesiones.
Todavía, a trece años de su estreno sigue convocando a través de sus reemisiones por canales de cable.
Buscando a Dory continúa la fórmula y utiliza un argumento en esencia similar con diferencia en los niveles de protagonismo que le permite desarrollar a un personaje hilarante que en la primera entrega había sido un excelente partenaire.
Con esta jugada, y a diferencia de otros productos de Disney-Pixar y sus proyectos por separado, no agota a los personajes iniciales y le da a la historia un aire de frescura que, desde la butaca, se agradece. Como todos los títulos de estas dos firmas unidas, el show que de propone bien vale el pago de la entrada, ya sea para la versión 2D, como para la 3D que resulta inmejorable.