La memoria del agua no puede fallar
“Buscando a Dory”, la segunda aventura de los adorables pececitos supera a su antecesora. Es divertida todo el tiempo y mantiene la ilusión de que todo es posible, valores que los chicos deben concientizar.
Pasaron trece años desde el estreno de “Buscando a Nemo”, pero a la gente de Pixar parece no importarle el estigma que podría causar ese número y a partir de hoy está en salas de todo el país la segunda aventura de los adorables pececitos, con la amnésica Dory como protagonista en esta oportunidad. Conscientes del tiempo que trascurrió en el medio, los animadores más profesionales del cine saben que Nemo se transformó en una cinta inolvidable y a partir de ello hacen una historia que si bien mantiene una línea narrativa similar, es autónoma, novedosa y con gags propios (no robados o duplicados).
Historia con ritmo
Resulta que un año después de haber concluido la anterior aventura, Dory (Ellen DeGeneres) recuerda porciones de su infancia y cómo perdió a sus padres. Con esa mínima información sale a buscarlos junto a sus grandes amigos Marlin y Nemo. Deberán recorrer todo el océano para sumar pistas y todo terminará en el Instituto de la Vida Marina, un centro de rehabilitación y acuario en California. Los animalitos entablarán nuevas amistades que los acerque a encontrar a los padres de Dory, siempre con el obstáculo inicial de su falta de memoria. Un pulpo malhumorado, dos leones marinos copados, unas adorables nutrias, un tiburón y una beluga con ganas de ayudar a pesar de su miopía y problemas de identidad y un pájaro loco servirán de ayuda para el grupo de expedición.
Más allá de la historia muy bien contada y entendible para los más chicos, lo que sobresale e incluso la hace superior a su antecesora, es que Dory lidera. Con sus pequeñas fallas para rememorar pero su gran histrionismo (también gran trabajo de las actrices que ponen su voz al filme) ya había sido la favorita desde la búsqueda de Nemo, y ahora el rol principal no le queda grande para nada (vale recordar el fiasco de “Minions”, que acompañando a Gru eran graciosos pero en su spin-off su fueron cuesta abajo). Completamente recomendable para ver en familia, “Buscando a Dory” ayuda a la integración (ser distinto no está mal), es divertida todo el tiempo y mantiene la ilusión de que todo es posible, valores que los chicos deben concientizar.