Pixar tiene esa gran habilidad de tocarnos ciertas fibras y gatillos que tenemos dentro para disparar un sentimiento grande y Buscando a Dory es un gran ejemplo de eso.
Cuando en 2003 se estrena Buscando a Nemo todos nos enamoramos no solo del pececito perdido sino también de la compañera casual de su padre Marlin, aquella que sufría de pérdida de memoria a corto plazo: Dory.
El personaje llegó a ser tan o más popular que el protagonista principal porque muchos de los mejores momentos del film pasaban por ella y también por lo que ocurría en el mundo real dado a que su voz (en idioma original) pertenece a la popular comediante Ellen DeGeneres.
Por algún motivo tardaron bastante en anunciar la secuela y pasaron 13 años para que podamos meternos en las profundidades del océano del universo Pixar una vez más.
En esta ocasión descubrimos los orígenes de Dory desde chiquita, pasando por su encuentro con Marlin y Nemo hasta que emprende su propia aventura en búsqueda de sus padres porque a pesar de su falta de memoria algunos recuerdos comienzan a asomarse.
En ese gran rompecabezas que es su mente es donde radica la grandeza de este film por la ternura con la cual es abordado su conflicto, su pertenencia y los vínculos que genera no solo en la historia sino también con el espectador.
Pixar tiene la fórmula para hacernos querer a sus creaciones en cuestión de segundos y por lo tanto nos emocionamos y sufrimos con ellos entre risas y lágrimas, eso pasa con Buscando a Dory.
Con los viejos amigos y los nuevos (dos ballenas más que simpáticas y un pulpo que se roba todas sus escenas) y con la animación de excelencia a la cual ya nos tienen acostumbrados, este estreno rankéa muy fuerte dentro de las obras maestras que ha sacado el estudio y hace que Un buen dinosaurio (su último estreno) realmente parezca que es de otro sello.
Todo es elogios para Dory y sus amigos porque puede ser disfrutada por todos los públicos y causar algo que muy pocas películas logran: salir con una sonrisa de la sala.
Nota aparte: antes de que comience Dory proyectan el corto “Piper” y es otra genialidad como lo son siempre todos estos trabajos.