Una búsqueda tenaz durante casi una década de todo aquello que queda de Dante Panzeri, para volver a construirlo y traerlo al presente.
Su nombre es bien conocido; su libro, un pilar primordial para aquellos que estudian periodismo deportivo. Incluso existe una biblioteca con su nombre. Pero si preguntase cuál es exactamente su legado en los medios, o cuánto de su ideología hoy se toma como referencia, encontraríamos una respuesta bastante desierta de contenido. Y es que Dante Panzeri partió de este mundo en el momento en que comenzaba a ser una voz solitaria. Descrito a veces como un señor serio, austero y enojado, siempre de traje y corbata, vivió como un púdico transgresor que modestamente señalaba defectos pero sin hacer concesiones a lo fácil.
Con guion, producción y dirección de Sebastián Kohan Esquenazi (Nunca para atrás, Un gol al Arcoiris), Buscando a Panzeri reconstruye un monumento olvidado de los valores y principios que alguna vez tuvo el deporte argentino y su juicio cultural al fútbol. Y recalco olvidado porque prácticamente no existen indicios de su persona en los medios audiovisuales rescatados de la década del ’50 y del ’60. Con un riguroso y constante trabajo de investigación periodística a lo largo de varios años, el film logra acceder a material de archivo, anécdotas perdidas y entrevistas a familiares y colegas en un sincero recorrido por su vida. Desde sus comienzos en El Gráfico, cubriendo deportes como natación y ciclismo, hasta 14 años más tarde cuando se convierte en su director y disminuye la cantidad de ejemplares casi por la mitad. Ya sea con humor o seriedad, siempre expresó que su escrito no servía para nada, pero que era necesario para poder dormir tranquilo, para cumplir con él mismo.
Su opinión molestaba a muchos y marcaba una clara tendencia de destacar al jugador, dejando de lado al personal técnico. Llegó a publicar polémicos titulares y veredictos sobre casi cualquier deporte. Aunque para la época el boxeo y el automovilismo era lo más consumido después del fútbol, se le escuchó dictaminar en alguna ocasión que el primero no era más que el «homicidio legalizado», mientras que al segundo siempre lo consideró como una industria, una exposición comercial. Aquí es cuando el reflector se posa sobre las perlitas de este documental. Comienzan a salir a la cancha testimonios de Ezequiel Fernandez Moores, Carlos Ulanosky, Matías Bauso, Tomas Abraham y Pol Ajenjo; con entretiempos por la Biblioteca Nacional y el Archivo Gráfico de la Nación; y rematando con intentos de mail con Marcelo Bielsa y hasta el teléfono de Carlos Bilardo.
«Crítico agudo al que nunca se lo vio sonreír», «de los pocos que dan ganas de escuchar«. Modestas frases van aflorando y gambetean al espectador pero que lo dejan lleno de un modesto orgullo sobre alguien que se fue antes de tiempo y aún se lo pretende escuchar. Pero ¿por qué él? ¿Por qué Panzeri? Kohan Esquenazi refiere haber sido elegido por su libro: «Fútbol, dinámica de lo impensado». Autodefinido como un observador, hincha de ningún equipo y al mismo tiempo de todos, se dedica por completo a la búsqueda del mejor exponente sobre el periodismo que incomoda, fijando como misión recuperar una figura. Duro pero generoso. Solidario pero intransigente. Alguien transparente con la valentía para mantener firme sus convicciones y luchar contra los poderes establecidos; cuyo gran aporte fue el haber elaborado una teoría crítica para el fútbol espectáculo y ennoblecer la misión del periodismo deportivo.
Este jueves 30 se estrenará en la sala virtual de la plataforma Puentes de Cine un documental sobre -quizás- el único ser humano que ha sido silbado por su propia selección nacional de fútbol y quien hacía de un hecho menor, un frente de combate. Pero no se confundan con los gritos fuera de cancha, los silbidos incesantes y las voraces declaraciones de los directores técnicos. Esa creencia a la que no pudo renunciar, esa declaración de principios cuando agarraba la máquina de escribir, tiene un nombre: decencia; y fue apenas un grito en el desierto pero que mucho tiempo después logró que alguien lo rescate del ingrávido recuerdo para que nos volvamos a preguntar… ¿opinión sobre el deporte o deporte con opinión?