Nunca es tarde para la justicia
Este film, basado en hechos reales, se encuentra en lo que se conoce como subgénero de drama judicial, cuyo máximo referente a la hora de contar estas injusticias legales es sin duda alguna Matar a un ruiseñor (1962) la película adaptada del libro homónimo de Harper Lee, por lo que no es gratis la mención que de ella hacen en el film.
La grandeza de Just mercy (2019) se halla en la calidez y humanidad de sus personajes y en su desgarradora historia, que va mucho más allá del cuestionamiento a la pena capital, prefiriendo discutir y reflexionar acerca de la justicia, que parece no ser igual dependiendo el color de piel o el nivel económico que se tenga.
Esta es la historia sobre el abogado Bryan Stevenson (Michael B. Jordan) y su batalla por la justicia. Tras licenciarse en Harvard, Bryan pudo haber optado a puestos muy bien remunerados. En cambio, se mudó a Alabama para defender a personas encarceladas injustamente o carecían de recursos para tener una representación legal adecuada, y lo hace con el apoyo de la activista local Eva Ansley (Brie Larson). Uno de sus primeros casos es el de Walter McMillian (Jamie Foxx), quien en 1987, fue sentenciado a muerte por el asesinato de una joven blanca de 18 años.
Desttin Daniel Cretton
(Short Term 12, 2013) y Andrew Lanham adaptan la novela del Abogado Bryan Stevenson. Siendo Cretton también quien dirige, haciéndolo de modo clásico y respetando acertadamente las reglas propuestas por el cine de juicios. Lo mismo ocurre con la fotografía que es modesta y con la música que solo interviene para acentuar las escenas con mayor drama. Destaca por sobre cualquier formalismo la denuncia racial, las injusticias sociales y judiciales. Si bien sobre Larson recae un pequeño papel secundario (es la tercera colaboración en conjunto con Cretton) su aporte es notable y necesario para el protagonista a cargo del gran Michael B. Jordan, (creo que ya estamos en condiciones de decir que es de lo mejor de su generación).
La química entre éste y Jamie Foxx es lo que ayuda a que la película funcione, evitando a conciencia la lagrima fácil y el maniqueísmo. La subtrama de Rob Morgan interpretando a un cliente y presidiario compañero de Stevenson y Walter McMillian, es uno de los mejores momentos del film no solo por la manera en la que está narrada la escena sino por la sublime interpretación de Morgan.
"El pasado 22 de Febrero se entregaron los NAACP Imagen Awards, premio que se otorga para honrar a las personas excepcionales afroamericanas en el cine, la televisión, la música y la literatura. Esa noche Just mercy se alzó con cuatro galardones. Este recordatorio vale para destacar por qué Buscando justicia merece un necesario visionado, y es porqué como nos muestra que el mal no está encarnado en una persona sino en una porción de la sociedad que se cree superior, con más derechos y privilegios, y aunque la historia no se desarrolle en la década del sesenta, todas esas injusticias y ese racismo continúan."