Buscando Justicia: Culpable hasta que se demuestre lo contrario.
El director de Short Term 12 (2013) y The Glass Castle (2017) llega al cine con una historia basada en hechos reales sobre el abogado Bryan Stevenson y su eterna batalla.
En el género policiales suele diferenciarse del resto, el llamado courtroom drama, cine sobre demandas, juicios y competencias dialécticas admirables entre fiscales, abogados defensores, testigos e imputados, siempre con el trasfondo social marcando las diferencias en cuanto a las partes. En este caso, la película escrita y dirigida por Destin Daniel Cretton ofrece una adaptación bastante chata en lo que refiere a la defensa de los derechos de la comunidad afroamericana de Estados Unidos.
Con un ritmo lento y una excesiva duración, este drama judicial muestra la vida profesional de Bryan A. Stevenson, un abogado, activista social y fundador de la iniciativa Equal Justice, reconocido por luchar a favor de la minoría negra de Alabama en la justicia criminal. Su caso más emblemático fue el de Walter «Johnnie D» McMillian, a quien rescató del corredor de la muerte luego de 30 años de batalla. Todo esto quedó plasmado en su libro Just Mercy (título original de la película).
En una historia vista ya muchas veces de preso penado injustamente y abogado que intenta sacarlo de la cárcel, Buscando justicia (2019) expone los comienzos del joven abogado Stevenson (Michael B. Jordan), graduado de la Universidad de Harvard, en la lucha por la igualdad de derechos de los condenados en Alabama.
Junto a Eva Ansley (Brie Larson, fiel colaboradora de Cretton) conforma la Iniciativa Justicia Equitativa, cuyo fin era brindar asesoría judicial gratis a gente condenada injustamente o en proceso judicial. Entre ellos, Walter Mcmillian (Jamie Foxx), condenado a la silla eléctrica por el asesinato de una chica, a partir de pruebas falsas. El abogado intentará demostrar su inocencia y sacarlo del corredor de la muerte, cueste lo que cueste. Son ellos 2, abogado y condenado, quienes logran mantener el interés de la historia durante los más de 130 minutos.
Michael B. Jordan en el papel del abogado y Jamie Foxx como el recluso, se lucen de manera excelente, transmitiendo la angustia por la injusticia permanente. Brie Larson queda desprolija en comparación, raro teniendo en cuenta que ya actuó varias veces para el director, pasa desapercibida. También destaca Tim Blake Nelson, habitual colaborador de los hermanos Coen, como Ralph Myers, quien mandó a la cárcel a Mcmillian, a partir de su falso testimonio.
El excelente guion y las correctas interpretaciones hacen que no resulte tedioso este drama a pesar de su extensa duración. No deja de ser una película más del subgénero drama legal, poderoso y conmovedor, pero uno más del montón que se estrenan año a año.
Una crítica social al sistema judicial y penitenciario con un final aleccionador que provoca tristeza e indignación. Deja al espectador sufrir con las víctimas y sus familiares, sin poder creer que sucedan semejantes atrocidades. Aunque de a ratos cansa tanto golpe bajo y recursos trillados, es un buen homenaje a un justiciero desconocido por muchos.