¿Bendito apocalipsis?
Comedia dramática muy rara, poco graciosa y muy ligera en emociones. El fin del mundo es un comienzo muy extraño para situar una película que a pesar de intentar transmitir el obvio mensaje sobre el disfrute de la vida, se ve envuelta en situaciones forzadas donde prácticamente la gracia proviene en hacer lo contrario a lo que uno haría normalmente y el drama falla al no potenciarse o basarse en la extrema situación en que los personajes se sitúan.
"Buscando un amigo para el fin del mundo" encuentra sus mejores escenas al inicio, cuando la sociedad tiene sus primeras reacciones ante el apocalipsis. Hay suicidios, alcoholismo (los niños son incentivados a tomar alcohol), violencia y sexo. La sociedad se desintegró y ahora todos son libres de hacer lo que quieran o actuar en una forma inapropiada a un comportamiento civilizado. Aunque no son escenas del otro mundo, aquí es donde la película tiene sus mayores méritos.
Lamentablemente, el eje principal de la trama, la historia romántica, es lo menos logrado de la película. Desde un comienzo ya todo es muy artificial, los personajes de Carrel Knightley está caracterizados de una forma muy de manual y su relación es bastante esquiva y con muy poca conexión entre ellos. La única unión entre ellos se da en el hecho de viajar juntos porque al rever la historia asombra que no haya escenas donde los personajes se conecten de manera íntima y profunda.
En definitiva, la película comienza bien pero desde el momento en que el viaje por la ruta se presenta, la historia se va diluyendo hacia la monotonía y, para colmo, los sucesos van perdiendo el contexto del apocalipsis. Lo que lleva al espectador a preguntarse para que ambientar la trama en esa situación tan particular si al final no era tan determinante para la película.