Una que sabemos todos 2
Si mientras veíamos la primera entrega de esta saga manteníamos una mínima esperanza de recibir algo de dignidad cinematográfica, aunque sea en el último fotograma, esta vez tenemos muy en claro desde el comienzo que nada bueno podemos esperar.
En esta segunda entrega se repite el mismo festival de violencia gratuita que en el filme anterior, agravado por un contexto más inverosímil, al punto de provocar risa. Liam Neeson vuelve a ponerse en la piel del experto en seguridad personal y ex agente Bryan Mills, siempre implacable e invencible, ahora perseguido por los familiares de aquellos a los que él mató en la primera película, quienes buscan venganza.
La acción se desarrolla en Estambul, Turquía, y nuevamente se apela al recurso racial para presentar el maniqueísmo más básico. Lo novedoso es que ahora no solo Bryan es prácticamente invencible, también lo son su ex esposa y su hija.
Lo escrito hace cuatro años (http://www.cineymedios.com/cine.php?estreno=689) es aplicable aquí, y agregamos nuestra opinión sobre lo inútil de hacer una secuela de algo de por sí impresentable.