Un film para ver sin mirar más allá Estambul
Uno recuerda que en la primera “Búsqueda Implacable” Bryan Mills se encargaba de matar a todos aquellos miembros de una banda de tratas de blanca albanesa que funcionaba en Paris y que habían secuestrado a su hija, Kim, para venderla.
En esta segunda parte Bryan está volviendo a entenderse con su ex mujer y junto a Kim querrán pasar unos días en Estambul, donde Bryan está trabajando. Pero los familiares de los albaneses muertos en la primera parte volverán por venganza y querrán hacer sufrir y asesinar a Bryan y familia.
“Búsqueda Implacable 2” se venía venir dado el éxito de la muy buena primera parte, pero, como dice el dicho, segundas partes nunca fueran buenas, aunque esta se la puede considerar mala, no llega al nivel de la original, más allá. Liam Neeson vuelve a convertirse en ese personaje que es un tierno con su familia, pero que puede resultar hasta sádico con sus enemigos.
También muestra que, por ser agente norteamericano, es como que tuviera licencia para hacer cualquier tipo de atropellos. El film si tiene el toque que le imprime Luc Besson, en este caso como guionista. En estas películas de acción uno puede llegar a creer que el protagonista pase por todas las cosas que pase y que él solo pueda con 5 o 6 enemigos preparados. El problema es cuando el film falla en lo técnico y aquí falta una pata de la parte técnica del film fundamental para este género : el continuista, esa persona que va marcando como son las cosas para que la siguiente toma sea coherente.
El film tiene una de sus mayores escenas de acción en una persecución fantástica pero si a un coche le rompen la luneta trasera de un disparo en la siguiente escena no la puede tener intacta, o si choca y se le cae destruido el farol delantero no puede al segundo tener el farol intacto y en su lugar. Esas fallas en una película con tanta producción no se pueden dejar pasar. Pero más allá de ese detalle, para mi más que importante, el film, para aquellos que buscan acción sin mirar más allá, está bien.