Recalculando
Dicen que segundas partes nunca fueron buenas y Búsqueda Implacable 2 (Taken 2, 2012) no es la excepción. Una secuela implica doblegar las ideas fundantes del original y la película producida por Luc Besson así lo entiende pero olvida la cuestión principal: el tema. La trata de blancas articulaba todo el relato de Búsqueda implacable (Taken, 2008) justificando cualquier exabrupto del guión. Aquí el tema es la venganza y el film se convierte en una lisa y llana película de acción.
La película comienza afianzando el vínculo entre padre e hija. En esta oportunidad, aprender a conducir es lo que une a Bryan Mills (Liam Neeson) con Kim (Maggie Grace) que acaba de ponerse de novio. Ambos se encuentran en Estambul junto a la ex esposa de Bryan, Leonore (Famke Janssen), para un viaje que junte a la familia pero se topan con el padre de los albanos asesinados en la película anterior que busca venganza. En esta oportunidad los secuestrados son Bryan y Leonore, y Kim ayudará a rescatar a su padre.
Las películas de acción construyen la fantasía del héroe. En Búsqueda implacable, un hombre desesperado haría lo imposible por recuperar a su hija adolescente con el fin de convertirse nuevamente en el héroe que supo ser para ella cuando niña. En esta segunda parte el héroe ya se encuentra consumado para Kim: Bryan Mills es el profesional entrenado para despachar a cuanto albano interceda entre él y su familia. Su hija, el tesoro a cuidar antes, funciona aquí de co-equiper para la trama: la persecución con Kim, conductora primeriza al volante, es la secuencia que afianza el vínculo entre padre e hija. El nudo del film pasa por rescatar a su ex esposa Leonore y convertirse Bryan nuevamente en el héroe que supo ser cuando se casaron.
Si la primera parte funcionaba era por el tema, la trata de blancas como ya dijimos, pero también por el balance perfecto de los elementos del relato: construcción de personaje obsesivo, factor tiempo para efectuar el rescate, y el amor inconmensurable por su hija, justificaban cualquier inverosimilitud de la trama. En Búsqueda Implacable 2 el balance dista de ser perfecto. Podríamos atribuirle al director Olivier Megaton (Venganza despiadada) la falta de pulso para reforzar el vínculo entre personajes (la primera película fue dirigida por Pierre Morel), pero no, el problema radica en el guión de Luc Besson y Robert Mark Kamen que deja en evidencia las inverosimilitudes bien disimuladas en la primera entrega.
Sin embargo Olivier Megaton se destaca en las escenas de acción que le dan el ritmo necesario a la película y, junto a Liam Neeson, el gran héroe de acción contemporáneo que le pone el rostro a este personaje tan atractivo, sostienen un film aceptable que sin estar a la altura del original cumple con su tarea de entretener.