Esta vez, a Liam Neeson le secuestran a la ex mujer y ahí va el hombre a salvarla a puro tiro, como un super héroe creado por la CIA. Lo bueno de la película es que hay mucha acción y, de algún modo, esto hace que el tiempo pase entretenido. Lo malo es que realmente, después de la primera entrega de esta ¿saga? No hay mucho más para contar, dado que los personajes pierden todo atractivo como seres humanos y solo son partes del mecanismo de relojería cuyos verdaderos protagonistas son las armas y las patadas.