"Una vuelta de tuerca"
Liam Nesson vuelve a las andanzas como el ex-agente de la CIA que más amenazas ha tenido en su carrera, mientras que Olivier Megaton regresa a la dirección como en la segunda parte de esta franquicia. Junto con el nuevamente guionista, Luc Besson, son los franceses más estadounidenses del universo para traernos la más clásica acción yanqui. Confieso que mi primera impresión antes de ver esta película fue un largo suspiro y más de lo mismo. Secuestran a su hija en París, y en la segunda parte a su esposa en Estambul, pero por primera vez las cosas son bastante diferentes y por eso estamos agradecidos.
Todo empieza cuando la vida del ex agente Bryan Mills (Nesson) parece finalmente encaminada. Se ha vuelto muy unido con su hija, y con su ex esposa; aunque con el detalle de que sigue enamorado de ella. Sin embargo, Lenore (Famke Jensen) se ha vuelto a casar con un multimillonario pelmazo, Stuart (Dougray Scott). Más allá de las discusiones entre Bryan y Stuart por el favor de la bella Lennie, nada parece fuera de lo normal. Eso hasta que ella aparece asesinada en el departamento de Bryan. Mientras huye de la policía que lo cree el asesino de su ex esposa, él pretende descubrir quién ha querido incriminarlo y por qué. Y lo encontrará y lo matará.
Es una novedad que nadie haya sido secuestrado para variar. Por otro lado, es un buen cierre que retomemos el personaje de Stuart como el nuevo marido de Lenore, a quien conocíamos de la primera entrega aunque re-casteado en otro actor. Esto le da una cierta continuidad y cierra cabos que habían quedado a medio cerrar. También es una ventaja que el personaje de Kim (Maggie Grace), la hija de Bryan, finalmente esté mostrando un costado algo más adulto. Le creció la nena, pero siempre el último en enterarse es el padre. Además, la adición de Forest Whitaker como el Inspector Dotzler le da un buen toque. El personaje sirve tanto de descargo cómico como de una pausa para la reflexión, y el ex “Dimensión Desconocida” hace un excelente trabajo.
Por otro lado, aunque el guión empieza como tanto que ya conocemos, el mafioso ruso con cara de niño malcriado que quiere vengarse y bla bla bla… luego la cosa cambia. Gracias a todos los dioses de la acción por darnos un poco de variedad a esta franquicia. Sabía que podías hacerlo, Luc, como en la franquicia de “El Transportador” donde las entregas son bastante diferentes una de otra. De todos modos hay un excesivo abuso de las explosiones al mejor estilo Michael Bay. Mills ya demostró que tiene siete vidas y una suerte impresionante, pero hay varias situaciones donde definitivamente no debería sobrevivir. Y otro par de cosas que no tienen sentido. Además, hay un abuso del montaje súper rápido, los planos pasan a velocidad warp y marea bastante.
A pesar de estos abusos de los mecanismos técnicos de la acción, el guión ayuda bastante, y la interpretación impoluta de Nesson hace su gran trabajo. Y sigue con su frase muletilla, “te encontraré y te mataré”, ya resulta un viejo y entrañable conocido. Sin embargo, con el ascenso y ocaso del Stuart que conocíamos en la primera entrega y la muerte de Lemore, esta franquicia ya está bien cerrada. Algo más sería innecesario, aunque en una entrevista que Nesson dio a Fox News este mes, dejó abierta la posibilidad de una cuarta entrega.
“Pienso que si la audiencia va a verla y si les gustan estos personajes, me encantaría trabajar con Forest [Whitaker] otra vez; y si fuera en un escenario de “Búsqueda Implacable 4?… genial“, declaró Nesson. ¿Estamos listos para un “capítulo final” más?
Agustina Tajtelbaum