Superior a su antecesora, esta tercera entrega mantiene la tensión y los climas de acción extrema habituales. Entretenida, pochoclera desde su concepción, la película no defrauda nunca, logrando captar la atención de los espectadores desde el inicio del metraje.
El montaje frenético, los movimientos bruscos de cámara, la fotografía de colores estridentes y el diseño de producción, marca registrada de LUC BESSON, son puntos altos del filme. Pero sin dudas, la cinta funciona por el carisma y la fortaleza de LIAM NEESON, el vengador anónimo de las nuevas generaciones, un héroe de acción puro y duro que jamás defrauda.