Búsqueda implacable 3

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Decepción.

Eso fue lo que sentí cuando terminé de ver Búsqueda implacable 3.
Una película que zafa para disfrutarla en una avant premiere o en un avión, si no tenés a mano un buen libro, pero no se destaca entre las mejores películas de acción que vimos en el último tiempo.
El fiasco no se produjo por casualidad y hay razones concretas que explican esta situación.
Luc Besson, productor de esta trilogía, la pifió con un par de decisiones que tomó para las dos continuaciones que se hicieron de esta propuesta.
En primer lugar tenemos el problema de la dirección.
La primera entrega de Búsqueda implacable fue realizada por Pierre Morel, una de las grandes revelaciones que surgieron en el cine de acción en los últimos años. Morel debutó en el 2004 con ese tremendo film de culto que fue Distrito 13 y es enemigo de hacer continuaciones de sus películas.
Esto generó que Besson tuviera que buscar otros directores para las secuelas del justiciero Bryan Mills.
En este caso delegó la tarea en uno de sus empleados, Olivier Megaton, quien se dedica a filmar continuaciones que le encarga el productor, como ocurrió con las películas de Liam Neeson y El Transportador 3.
Megaton es un tipo que no suele tener grandes ideas a la hora de brindar una buena propuesta de acción y se limita a refritar fórmulas que desarrollaron otros directores.
En el caso de Búsqueda implacable 3 se sumó un problema adicional. Como hizo Sylvester Stallone en la última entrega de Expendables, Luc Besson quiso que el público adolescente de 14 y 15 años pudiera ver la película en el cine para incrementar la taquilla y por esa razón el tono de la violencia en las secuencias de acción fue muy reducido.
Por consiguiente, la nueva historia de Bryan Mills prácticamente es una película aséptica. Por momentos trae al recuerdo los viejos episodios de Brigada A.
Es decir, hay tiroteos y peleas pero los realizadores se cuidaron mucho de no mostrar sangre para que no modificaran la calificación de "prohibida para menores de 13 años".
Inclusive los métodos de tortura del protagonista son mucho más livianos que los que implementaba en la película original.
Con una propuesta moderna en materia de realización, el primer film había evocado a la perfección las historias de justicieros que solían filmarse en los años ´70, como los clásicos Rolling Thunder (Tommy Lee Jones), El vengador anónimo (Charles Bronson) y Get Carter (Michael Caine).
Búsqueda implacable 3, por el contrario, durante gran parte de la trama es un refrito mediocre de El Fugitivo, con Liam Neeson en el rol del doctor Richard Kimble (faltó que incluyeran al hombre manco) y Forest Whitaker en el papel del policía Samuel Gerard.
Olivier Megaton brinda un film trillado y predecible que falló por completo a la hora de crear buenas situaciones de suspenso.
Algunas escenas de acción inclusive traen al recuerdo ciertos momentos ridículos de la saga de James Bond con Roger Moore.
Hay un par de escapes de Bryan Mills en esta entrega que no tienen sentido y encima después el guión hunde más la película con la explicación de esas situaciones.
La realidad es que la brutalidad y la tensión que tenía la primera historia del personaje se diluyeron por completo en las secuelas y no resultaron lo mismo.
Reitero, para matar el tiempo, este estreno zafa por las interpretaciones de Liam Neeson y Forest Whitaker pero es una propuesta que dentro de este género quedará en el olvido.