Un cierre poco digno
Llegó la tercera parte de la saga y se cumplió mi miedo. El cierre de la trilogía de Bryan Mills es la más floja de las tres entregas.
Gran parte de la culpa se la hecho al productor Luc Besson, que no supo parar donde debía. Al menos podría haber contratado a un director más picante que Olivier Megaton, cuyos trabajos anteriores no han sido de lo más copados. "El Transportador 3", "Búsqueda Implacable 2", "Colombiana", son películas de acción de calidad media, algunas más entretenidas que otras, pero que no causan impacto verdadero. Este cierre de trilogía adolece de la misma enfermedad. "Búsqueda Implacable 3" tiene un guión bastante chato, con varios problemas de narración, algunas hazañas inverosímiles y mucha acción PG-13. Las coreografías de pelea cuerpo a cuerpo, las explosiones y las persecuciones están muy bien logradas, pero ese es algo que ya sabemos que Besson y Megaton saben hacer. Esta vez estábamos con ganas de que cambiaran el chip de la venganza como motor principal de la trama y nos ofrecieran algo más original, pero no, se quedaron en la zona de confort y cruzaron lo dedos para recaudar con el efecto de cola de las entregas anteriores. Como escribí en la reseña de la segunda entrega de "Taken", la historia de fondo de la primera película era interesante, se adentraba en el mundo de la trata, las mafias organizadas del poder y el dinero. En los dos filmes posteriores la trama viró hacia la venganza pura, algo que ya hemos visto en el cine miles de veces.
Otro error creo es haber minimizado cada vez más los personajes de Lenore (Famke Janssen), la ex esposa de Mills, y Kim (Maggie Grace), la hija. Con cada entrega se volvieron más superficiales e inútiles, al punto tal de que a Lenore la matan en esta tercera entrega y ya nos lo muestran desde el trailer. Con el rol de Kim, repito también lo que dije anteriormente en la reseña de la segunda parte, ¿no habría sido más interesante hacer que Kim se volviera una adulta más áspera digan hija de su padre? No, la siguieron poniendo en el rol de damisela en peligro.
Otra cuestión floja tuvo que ver con las embestidas que recibió el protagonista. Hay al menos dos secuencias que son un tanto ridículas por como se manejaron. Por ejemplo en una de ellas Bryan Mills cae dentro de un auto por el hueco de un ascensor que apenas toca el piso explotar varios pisos hacia arriba llegando la llamarada hasta el techo. No nos explican como Mills logra salir ileso, pero acto seguido lo vemos casi sin ningún rasguño. Realmente nos subestiman.
Por último pero no menor tomaron al esposo de Lenore, Stuart St. John, y cambiaron al actor original para ponerlo a Dougray Scott, cuyos roles en cine son casi en el 100% como villano. Si ves bastante cine, al verlo aparecer ya te das cuenta de como viene la mano con todo lo que va a pasar.
Liam Neeson está muy bien en su rol como siempre. Es un tipo con una presencia increíble en pantalla, pero ni él logra salvar a esta película de caer en lo común.
Un final bajo para un personaje altísimo que se merecía un cierre con gloria y calidad.