Rolo (Pablo Cedrón), un marinero embarcado, pierde su barco en un pueblo portuario la misma noche que desaparece Leo, un hombre al que conoció en un bar. Rolo deberá encontrarlo para librarse de Loyola, un policía que lo manipula, acusándolo de cómplice en un robo. Rolo conocerá a Dora (Ailín Zaninovich), una joven que lo acompañará en la búsqueda.
Algunos aciertos estéticos consiguen mantener el interés por momentos. Las actuaciones, por el contrario, parecen desganadas y apagadas, más allá de la intención del realizador de retratar a un alma en pena que se mueve por un pueblo que parece un purgatorio sin final. Un film noir que no consigue encontrar identidad ni estilo.