Cruzados contra el demonio
Behmen (Nicolas Cage) es uno de los más eficientes y sanguinarios ejecutores de la Iglesia en Oriente Medio, durante las Cruzadas. Su compañero Felson (Ron Perlman) no le va en zaga y juntos han disfrutado pelear todas las batallas que Dios mandó, hasta que un día se dan cuenta, casi como si despertaran de un sueño, que están masacrando indiscriminadamente a niños y mujeres por la Fe que dicen profesar. Asqueados de esta felonía, Behmen y Felson reniegan de la Iglesia (aunque no de Dios, bueno es aclararlo) y, desertando de su batallón, regresan rapidito a una Europa que está siendo diezmada por la Peste Negra.
Por supuesto, poca chance tienen como desertores de tener una buena recepción y es así que son atrapados, aunque el Cardenal D´Ambroise (Christopher Lee) les propone un trato a cambio de su perdón: llevar a una joven acusada de brujería (Claire Foy) al lugar donde deberá ser juzgada y ejecutada. A desgana, aunque iluminado por la idea de que la joven no es en realidad la hechicera que dicen que es, Behmen decide aceptar la misión y se pone en camino acompañado de Felson y de una escolta reducida, que incluye a un ex caballero, a un sacerdote y al joven hijo de un cruzado fallecido. Claro que el camino no será sencillo, llevando como prisionera a una muchacha que parece atraer sobre sí una fuerza sobrenatural increíble, a quien parecen seguir todo el tiempo la enfermedad y la muerte.
En esta película que le calza mejor al juguetón Perlman que al inexpresivo Cage, Dominic Sena ("Swordfish", "60 segundos") insiste con una historia que pretende asustar o al menos inquietar desde un supuesto verosímil, aniquilado casi desde el comienzo. Es que es muy difícil entrar en códigos de solemnidad cuando los Cruzados chicanean entre sí como ya vimos que hacían un elfo y un enano en "El Señor de los Anillos". Otra cuestión que tiene que ver con lo que esta película promete y no cumple es la escena de apertura: está muy bien lograda, pero queda prácticamente invalidada con el resto de la trama, a fuer de inconexa y por haber servido simplemente como muestra efectista de lo que vendrá.
Sólo quienes disfruten de un cine de ficción con ligera base histórica, con actores conocidos en una trama bastante trillada aunque eficaz en términos de acción, encontrarán algún solaz en esta propuesta.