Todos son sospechosos
Cacería implacable (Hodejegerne, 2011) largometraje noruego de Morten Tyldum, es un thriller que se arma como un verdadero rompecabezas, que mueve muy bien sus piezas para luego reacomodarlas y mostrar el juego completo. Y en ese trance sabe manejar la tensión en cada escena, a partir de vueltas de tuerca y una estética salida del mejor cine europeo contemporáneo.
La película empieza con Roger (Aksel Hennie) quien habla sobre él y su vida llena de lujos, pues es un ejecutivo que se encarga de recolectar a los mejores para su compañía. Además, vive para complacer en todo lo posible a su esposa y a la galería de arte que ella posee. Pero todas sus riquezas se sostienen por su doble vida. Roger se dedica a robar obras de arte, cuadros específicamente, suplantando los originales por copias y luego vendiendo dichos originales en grandes sumas. Todo parece marchar bien, manteniendo el secreto a su esposa, hasta que un día llega un candidato a su compañía, Clas Greve (Nikolaj Coster-Waldau) quien no es solo un ejecutivo con ganas de quedarse con el puesto sino que posee un cuadro de gran valor en su casa y eso interesa a Roger. Sin embargo, al ir a robarlo comenzará la cacería, y Roger se enfrentará con una adversidad tan grande que lo transformará completamente.
Cacería implacable o Headhunters como indica su nombre en inglés, es precisamente eso, una caza feroz de uno tras otro, un juego de gato y ratón, donde tiene que sobrevivir el más vivaz y lo extraño e impactante es que uno va descubriendo que Roger es víctima de un complot que irá creciendo hasta que la fuerza a la cual se enfrenta lo tenga acorralado.
Que el punto de vista esté todo el tiempo, o la mayor parte, con Roger producen que (de forma acertada) se implante la idea de misterio, de sospecha, de duda sobre todo lo que va sucediendo y -aún más- cada sorpresa sea un golpe para el espectador. Y como tal, esos golpes llegan con las escenas de acción.
No se debe dejar de mencionar que las escenas se presentan sin pudores y con una violencia que poco a poco va aumentando, al mismo tiempo que la actuación de Aksel Hennie crece porque tiene que sufrir una persecución de varios frentes, pero de uno en particular que quiere acabar con él. Hacia el final, la película muestra que cierra sobre si misma sin dejar cabo suelto, y eso (junto a loables actuaciones) hace que la vuelta de tuerca final funcione muy bien.