Estaba entusiasmado con la idea de poder ver cine noruego. A parte de eso iba a poder observar al interesante talento de Nicolaj Coster-Waldau (Jamie Lanister de “Game of thrones”, uno de mis personajes favoritos de la serie) en otro papel aparte del que lo hizo famoso para todo el mundo, y sí también para mí.
Honestamente no conocía a Jo Nesbo y mucho menos su obra homónima en la que se basa esta película. Pero lo que menos me esperaba era un thriller al mejor estilo Hollywood. Bueno no al mejor estilo Hollywood en realidad, sino al típico estilo Hollywood.
Roger Brown (Aksel Hennnie) es un importante cazatalentos (head-hunter). Está casado con Diana (Synnove Macody Lund, en su debut actoral), una hermosa mujer que le lleva casi una cabeza de altura. Para compensar este hecho, Roger está continuamente comprándole todo tipo de regalos de gran valor. Para poder solventar todos estos gastos y su estilo de vida Roger tiene un pequeño pasatiempo; es un metódico ladrón de arte.
Una noche en una galería de arte, para ser más específico la galería de arte de su esposa, ella conoce a Clas Greve (Nicolaj Coster-Waldau) quién además de ser un ex ejecutivo en una importante empresa de producción de GPS, etc. posee un Ruben original de muchísimo valor en su colección personal. Puesto que Roger en ese momento tenía que encontrar a un reemplazante para un alto cargo de otra empresa que fabricaba GPS, él se ve interesado por este misterioso hombre por esas dos razones.
En el momento en que entra en la casa de Clas para poder robar la pintura, y encuentra el celular de su esposa (Diana) al lado de la cama, es cuando las cosas se complican. Se terminan por descontrolar cuando Roger decide no recomendar a Clas para el puesto, lo que llevará a que conozcamos el lado oscuro de ambos.
Si bien el film es entretenido, posee un ritmo intenso y algunas escenas con cierto humor, la dirección, por parte de Morten Tyldum, sobre todo en las escenas de acción deja bastante que desear. Las mismas están mal coreografiadas por lo que pierden no realismo, pero si naturalidad.
Las actuaciones, pese a que la mayoría de los personajes son un tanto unidimensionales, son aceptables, incluso para Synnove Macody Lund, modelo sin entrenamiento alguno en actuación. La fotografía ofrece grandes planos, muy apreciables, especialmente de la casa donde viven Roger con Diana, y algunos otros distribuidos a lo largo del film.
Por último, el guión no termina de cerrar bien. A lo que me refiero es que la resolución del conflicto está bastante tomada de los pelos, y existen varios sucesos, en especial uno, que resulta muy poco creíble. Se podría decir que es un final típico para los parámetros del cine contemporáneo de Hollywood. Tanto es así que ya estaría acordada la producción de una versión del film en los Estados Unidos.
En fin, es un film divertido, entretenido, atrapante, muy al estilo Hollywood. Si uno está buscando lo que en general se entiende por cine europeo, más reflexivo, con más desarrollo de personajes que de acción, más ideológico, etc. es mejor que sigas buscando, porque acá no vas a encontrar eso.