El cuerpo es un envase
Esta película, se encarga de contar una historia de amor protagonizada por un sujeto que todos los días cambia de cuerpo. Aprovechamos a expresar de que trata esto antes de despertar y tener el rostro de otra persona.
Cada día (Every day, 2018) no es una película típica de amor. El protagonista se enamora de Rhiannon, interpretada por Angourie Rice, aquella bella promesa que vimos en Dos tipos peligrosos (The Nice Guys, 2016), pero tiene una particularidad: todos los días se despierta en el cuerpo de un adolescente cercano, hombre o mujer, sin ni siquiera repetirlo. El conflicto de dicho enamoramiento es evidente ya que materializar una relación estre dos individuos sería algo totalmente dificultoso. Cada día deja de lado el prejuicio de lo superficial, apuesta a la energía y el interior como la base del amor y, pese a tener un claro mensaje, su ambición se confunde en medio del relato.
Dirigida por Michael Sucsy (Votos de amor), Cada día cuenta con una primera media hora de excelente calidad. El inicio te apasiona ya que uno no entiende que sucede con "A", este individuo al cual no sabemos como luce pero que va de cuerpo en cuerpo y se encarga de aprovechar ese día como si fuera el ultimo. "A", tal como se hace llamar para diferenciarse del resto por esta cracterística de ser único, se enamora de Rhiannon y trata de que esto sea recíproco. Ese comienzo de historia de "A" probando distintas tácticas, siendo hombre o mujer, para conquistar al personaje interpretado por Rice resulta ser el gancho ideal para quedarse a disfrutar de un film que, tal como "A", se diferencia desde el inicio del resto.
Luego de esa primera media hora, la confusión y la tediosidad, que coincide cuando "A" trata de quedarse con un cuerpo para establecer una relación con Rhiannon, se hace el común denominador hasta el final. Lo que prometía ser una historia que se diferencie del resto, se convierte en un relato cargado de clichés – protagonista angustiado por no poder continuar con la historia de amor, problemas externos que dificultan la relación y situaciones típicas del crecimiento adolescente – y se dirige a ser una película romántica que se aleja de su premisa para alojarse en una zona de confort. Nos podríamos imaginar miles de situaciones con un protagonista que cambie de cuerpo pero todo se borra de un plumazo cuando, entranando en la etapa final, esta historia de amor se preocupa en ser una simple historia de amor.
Este largometraje nos puede reconfirmar que en la actualidad se siguen apostando con films que combinen géneros. Por lo menos esta era en un comienzo la intención de Cada día. Una persona que se despierta todos los días en un cuerpo distinto y trata de enamorar a la misma persona nos remite a un film que combinaría ciencia ficción, drama y romanticismo. Ahora bien, hace unos meses se estrenó Felíz día de tu muerte (Happy Death Day, 2017), aquella película que la protagonista despertaba todos los días para revivir el último día de su vida tratando de evitar su muerte, la cual mezclaba terror, suspenso y ciencia ficción. Las ideas de lo fantástico tratan de posicionarse y abarcar otros géneros, los pensamientos no se acaban y, pese a que Cada día termina recurriendo a su comodidad para concluir la historia, se valora ese riesgo que hace ilusionar a más de uno en que puedan aparecer películas diferentes entre tanta normalidad.