Antes que nada, hay que celebrar "Cada día" por marcar el regreso de uno de los primeros estudios realmente indie, Orion Pictures, el de éxitos de taquilla como "Robocop" o "Pelotón", que termi-
nó en bancarrota a principios de los 90. Luego, más allá del tono de romance sobrenatural para el subestimado público teenager, la premisa de "Cada día" es formidable, y resulta evidente que David Levithan, escritor del best seller original, analizó los mejores cuentos, y guiones de los episodios de "Dimensión desconocida" o películas como "Pide al tiempo que vuelva", de Richard Matheson.
El protagonista es "A", un ser espiritual, cuya alma reen-
carna día tras día en el cuerpo de un hombre o mujer de su misma edad, que no viva muy lejos del último "cuerpo usurpado". Este ser, en realidad una versión romanticona de "El horla" de Guy De Maupas-
sant, si bien produce la sensación de "posesión diabólica" en algunos de los afectados, se concentra en su amor casi
imposible por una típica adolescente americana, a la que logra enamorar cuando se encuentra en el cuerpo de su atlético novio del colegio secundario. La primera mitad de "Cada día" promete algo brillante, pero cuando las
cosas podrían ponerse intensas, el guión abrocha todo de la manera más liviana y convencional. También faltaría
un mejor elenco, aunque entre los "usurpados" se destaca Lucas Jade Zumman, algo así como el Anthony Perkins del siglo XXI.