Basada en la novela homónima de David Levithan, publicada en 2012, narra las vicisitudes de A, un alma que se corporiza cada día en otro cuerpo, siempre de su misma edad. Hasta que usurpando el cuerpo de Justin (Justice Smith) conoce a Riahnnon (Angourie Rice), y se enamora de la joven, una tarde a pleno sol, viviendo lo que ella nunca podría con su novio sin usurpar.
Es así que A intentará contactar con la joven todos los días, usando el cuerpo que le toque en suerte, no haciendo diferencia de sexo, raza, religión, ni nivel “intelectual”.
La propuesta parece interesante a partir de los tópicos actuales de por donde circula el amor, o al menos debería.
Mas allá de lo yerros en su presentación y construcción, tanto de la idea como de los personajes, el filme termina siendo una banalización del amor como concepto. Dicho de otro modo, no sabe, o no puede, establecer un verosímil, ni sutil ni de manera concreta, por lo que queda en el espectador hacerse cargo de seguir en la historia.
Pues si bien no cae en los clichés comunes de las ultimas películas para adolescentes de tres décadas a esta parte, si se establece en los lugares comunes del género principal al que intenta adscribir, la comedia romántica, trastocada con toques fantásticos. Casi como un “Dybbruk” (*), pero de alma buena, pero al que nunca se le da la razón del origen de esa ”maldición”.
El diseño de montaje tampoco ayuda demasiado, los saltos narrativos producen más confusión que ilación, u hilacion (perdón por el neologismo), no parece haber un hilo conductor, pero esto sucede en el primer tercio de la narración. En el segundo tercio todo se vuelve repetitivo y aburrido, hasta el punto de quiebre que da lugar al cierre de la historia, y en ese momento las incoherencias del texto dicen presentes para dar por tierra lo poco que había construido durante su desarrollo
Deudora de otras varias producciones que hablan de la permanente necesidad de enamorar a tu pareja, por ejemplo “Como si fuera la primera vez” (2004), comedia romántica; en términos del punto de vista desde la diferencia de géneros, masculino-femenino,“Orlando” (1992), basada en la novela de Virginia Wolf, aunque ya se que las comparaciones son odiosas; por ultimo, y yendo a películas que tomaron seriamente el tema de la búsqueda del amor como concepto, la recurrencia de la maravillosa “La vida de Adele” (2013) es permanente, está basada en el libro “Azul en otros colores”, por si quieren pensar en la metáfora.
Si esta realiuzación tiene algo de positivo es la actuación de su protagonista y el equilibrio en la performance del resto del elenco cuando deben ser A. No hay nada más.
Pues no deja de ser un texto demasiado superfluo, por no decir tonto, nunca profundiza, claro que la excusa actual se manifiesta en catalogarla “Para Adolescentes”. Así nos va.
(*) Un Dybbuk (que significa “aferrarse” en hebreo) es un ser místico nacido en el folclore judío, son originarios de Israel y las primeras historias conocidas sobre ellos tienen fecha en el siglo XVI