Chica conoce chicas y chicos.
Hay un elemento original en esta comedia romántica para adolescentes, basada en una novela homónima de David Levithan (2012), que a la larga en lugar de multiplicar las posibilidades de salirse de los convencionalismos del género sume al relato en una idea reiterativa y poco interesante una vez pasada la primera sorpresa, que tiene que ver con la premisa de un personaje que cambia todos los días de cuerpo y sexo, mientras se enamora de la protagonista y viceversa.
En ese sentido, la historia de amor entre Rhiannon (Angourie Rice) y el misterioso o misteriosa A guarda algunos secretos y contratiempos a lo largo de los 94 minutos del film, pero es sumamente singular y permeable como para avanzar por los andariveles de la comedia romántica en el contexto de la cultura pop norteamericana y la adolescencia en tránsito hacia la madurez.
Así las cosas, rápidamente el espectador, al igual que la protagonista, encuentra empatía en A y sus nobles intenciones de vivir con intensidad la vida del cuerpo que le tocó en suerte, siempre bajo la idea de no interferir demasiado en el destino de ese día particular debido a que la fecha de vencimiento de la estadía espacio temporal llega más temprano que tarde. No obstante, con el amor por Rhiannon y la correspondencia inmediata de la chica, quien acepta las condiciones de ese encuentro/reencuentro azaroso, todo se vuelve más complejo y dificultoso para sostener una relación estable donde la ganancia y la perdurabilidad esté garantizada.
El problema de Cada día (título adecuado esta vez en la traducción del original Every Day) consiste en el subrayado del subtexto, es decir apuntar en reiteradas oportunidades a que importa el contenido y no el paquete o poéticamente que lo esencial es invisible a los ojos, con algunas ideas audaces y políticamente correctas para tiempos donde la diversidad y la igualdad de géneros marcan la agenda cultural de Hollywood y también del Off que encuentra alguna manera de expresión en el cine indie cuando no en las plataformas segmentadas al estilo Netflix.
En conclusión: Estamos frente a una comedia romántica original poco profunda a la hora de desarrollar ideas arriesgadas y que finalmente se acomoda en el estándar que pretende cuestionar.