Hay varios resortes dramáticos conocidos en esta película de terror no especialmente original, pero que al menos sabe cómo combinar razonablemente sus ingredientes. Hay una expolicía con problemas de adicciones que sólo consigue trabajo en una morgue de Boston, justo donde está el cadáver de una chica que meses atrás murió sin que unos curas pudieran terminar de exorcizarla por completo.
La premisa da para situaciones obvias, como una protagonista poco creíble como testigo de situaciones sobrenaturales horripilantes. En este último sentido hay que reconocer que el director holandés Diederik van Rooijen, en su debut hollywoodense, sabe cómo dosificar bien los sustos y lograr que el cadáver de la Hanna Grace del título original se las arregle para lucir más tremendo a medida que avanza la proyección. Shay Mitchell es convincente como la espantada protagonista, no así el resto del elenco, que no resulta sólido en su conjunto. Con la cantidad de sustos, y la intensidad de algunos de las más logradas secuencias de acción, más allá de los reparos ya mencionados se puede recomendar este “Cadáver”.