El director holandés Diederik van Rooijen debuta en Hollywood, con esta película de terror. Comienza con un prólogo donde a la joven Hannah Grace (interpretada por la actriz, modelo, gimnasta y contorsionista, Kirby Johnson. Casualmente Ella es una admiradora de la película “El exorcista”) dos sacerdotes y el padre de la víctima, le están haciendo un exorcismo pero el mismo se sale de control. Tres meses después, la joven Megan Reed (canadiense Shay Mitchell) una ex policía que viene de vivir situaciones traumáticas, decide volver a sus actividades elige realizar tareas en un lugar tan lúgubre como es la morgue y a través de algunos flashbacks conocemos su pasado. Cuando el llega el cuerpo Hannah Grace, la mayoría de los espectadores sabemos que vamos a vivir situaciones sobrenaturales.
La actriz Shay Mitchell es más conocida por su papeles en televisión, este es su debut cinematográfico como protagonista, está bien pero el pánico no te lo transmite, el caso Kirby Johnson se luce únicamente en su expresión corporal ya tiene dotes naturales.
Dentro de los roles secundarios: Stana Katic, Grey Damon, Louis Herthum, Nick Thune, Jacob Ming-Trent y Maximillian McNamara no logran destacarse no tienen grandes roles.
Si bien cuenta con una buena locación, con una iluminación apropiada, te ofrece una buena paleta de colores, se van generando buenos climas, tiene el trabajo de un buen equipo de maquillaje por Adrien Morot para posesiones demoniacas y generar tensión.
Pero su contenido termina siendo mediocre, predecible y a sus personajes podemos saber que les va a pasar. Tiene algún punto similar al film “La morgue” (2016) de André Øvredal.