Caídos del mapa es una de esas películas ideales para ver a los 12 años, momento en el cual aún se conserva gran parte de la inocencia donde todo es posible y también donde comienzan las atracciones y vínculos amorosos con personas del sexo opuesto.
Con clara influencia de Los Goonies (1985), el film es la adaptación de la exitosa saga literaria de la autora María Inés Falconi, cuya primera publicación fue en 1995 y a la fecha ya van diez volúmenes editados de las aventuras de este cuarteto de amigos preadolescentes.
Hay que elogiarle a esta producción nacional lo bien seleccionados que están los niños actores a tal punto que dejan pintados a los personajes mayores que quedan bastante desdibujados e incluso llegan a ser poco soportables por el público adulto que vea la película.
Los directores Leandro Mark y Nicolás Silbert manejan bien los climas y los pequeños pasos de género que hay dentro de la cinta: un film de aventuras juveniles que posee tintes de drama y romance. Una emulación a The breakfast club (1985) pero con chicos más jóvenes.
Dentro de los confines determinados por la historia no hay que pretender verosimilitud en lo que ocurre dentro del sótano en el cual los amigos se “hace la rata” así como tampoco las reacciones de sus padres y maestros al no encontrarlos.
Si se busca bajar esos conceptos a la realidad, la película pasa a ser un despropósito, por ello hay que tomársela como lo que es y hacia qué público está dirigida.
Lo que no está bien hecho son los pocos (por suerte) efectos visuales en algunas secuencias. O sea, es entendible que sean caros de hacer y que no se cuenta con el presupuesto de una producción hollywoodense para llevarlos a cabo de manera correcta, pero eso tampoco es excusa como para hacerlos “como salgan”. Incluso los más chicos se dan cuenta de la inferioridad de aquellas tomas porque están acostumbrados a la excelencia de los FX de los tanques de todos los años. Lo mejor hubiese sido no hacerlos en lugar de utilizarlos mal.
Eso junto a la música de la banda Miranda es lo que más desentona del film, el resto está muy bien.
Caídos del mapa es una gran opción para los más jóvenes, más aún para aquellos que todavía no descubrieron los adventure films de los 80’s como la mencionada Goonies o Stand by me (1986). Por ello, es una buena oportunidad para abordar ese mundo pero con el gran agregado de la localía.