¿Es una idea válida intentar sacar una película taquillera de un juego de tablero?. La respuesta sería… ¿por qué no?. Después de todo tenemos películas basadas en videojuegos (Doom, Tomb Raider, Super Mario Bros, etc), películas basadas en juguetes (Transformers, Lego, Barbie, etc) así que el único limitante es la imaginación disparatada de los libretistas. Entre las categorías antes mencionadas hay algunos títulos mas que recomendables; en cambio, cuando se refiere a juegos de tablero, el sabor se vuelve amargo. ¿Se acuerdan de Batalla Naval?. Acá el antecedente de Calabozos & Dragones (el juego de rol mas popular en los Estados Unidos) es esa horrenda película del año 2000 donde los personajes eran anacrónicos, nadie se tomaba en serio la premisa y Jeremy Irons sobreactuaba de manera salvaje.
Sin embargo la franquicia de Calabozos & Dragones tiene algo tentador (al menos para los productores) que es funcionar como excusa para acceder a una mitología fantástica depredada de los trabajos de J.R.R. Tolkien sin necesidad de pagar derechos de autor. Podemos tener magos, elfos y enanos aunque no se llamen Gandalf, Legolas o Gimli. Se puede tentar al público fan de El Señor de los Anillos con un entretenimiento mas liviano y pasatista, amén de seducir a los fans del juego (y los videojuegos que se basan en la mitología del mismo), con lo cual tenemos una base de espectadores prearmada. El punto es encontrar el tono y que, de paso, no sea simplemente un espectáculo para nerds y especialistas. Acá la dupla responsable de la nueva saga de Spiderman (con Tom Holland) – Jonathan Goldstein & John Francis Daley – se hacen cargo y se despachan con una versión de fantasía de Guardianes de la Galaxia – otro cuarteto de aventureros carismático que no se toma en serio a sí mismos… incluyendo una versión morena de Drax que toma los chistes de manera literal – que funciona muy bien en sus propios términos y tiene el potencial de convertirse en una franquicia rentable.
La gracia reside en que los roles están cambiados: el matón del grupo es Michelle Rodríguez – que se ve enorme, lista para entrar en la WWE – y la damisela en apuros es Chris Pine. El mago – Justice Smith – es un torpe de aquellos al que le salen mal todos los encantamientos, y la ladrona del grupo es la druida multiformas Sophia Lillis (la pelirroja de la última versión de It, el Payaso Diabólico). Todos funcionan de maravilla a excepción de la Lillis que no parece entender de qué va la cosa y se la ve incómoda en su traje de Peter Pan con cuernitos.
La onda de la película es rara, ya que todos se ven muy modernos – empezando por el corte de cabello de los varones -. Hay algo de drama y algo de venganza, pero es la excusa para hacer un viaje con estos cuatro, buscar objetos mágicos perdidos y arremeter contra el villano – Hugh Grant, canalizando a Jeff Goldblum al 110% -, que en realidad es un testaferro de la verdadera malvada del filme, la bruja roja Daisy Head. La causa para Pine es personal: un golpe fallido mandó a la pandilla a la cárcel, el único que se escapó (y con todo el tesoro del atraco) fue Grant y, para colmo, terminó haciéndose cargo de la hija de Pine adoptándola como propia.
Toda esta gente es muy buena en lo suyo. Chris Pine hace lo mismo que en Mujer Maravilla – las mujeres le salvan las papas del fuego; hace chistes, esquiva golpes y muestra humanidad -, la Rodríguez reparte piñas como en Rápido y Furioso y Smith se embrolla como en Detective Pikachu. La sorpresa es Regé-Jean Page – que vos pensás que va a hacer de héroe hecho y derecho: pinta, valentía, carisma, músculos – pero es es un palurdo que toma las cosas de manera literal – si dice que va para allá… va para allá, sin importar lo que haya en el camino, aunque sea una roca gigante a la que deba escalar en vez de rodearla como cualquier mortal -. Con esa onda todo es simpático y divertido, y la película te hace pasar el rato en gran forma.
Es posible que a Calabozos y Dragones: Honor Entre Ladrones le falte una cocinada extra para obtener todo el potencial de semejante cast – cosa que obtendría en futuras secuelas -. Es una comedia de aventuras super sólida y super recomendable para pasar el rato y, si con esto empiezan una franquicia, sería una idea que no me desagradaría en absoluto.